Las Santas Justa y Rufina parecen condenadas a lamerse las heridas eternamente. Aunque la iglesia de las patronas de las fiestas de la Reconquista acaba de recibir una primera intervención y se han reformado el Altar Mayor y la nave central, la Capilla de la Comunión y la sacristía -que acumulan grietas y humedades también desde 2006- tendrán que esperar como poco hasta 2012, puesto que la Generalitat Valenciana no ha presupuestado su reforma este año. Así lo explicó el párroco de la Iglesia, José Luis Satorre, quien confirmó resignado que el asunto permanece "sin novedad" desde que la consellera de Cultura, Trini Miró, visitó Orihuela en marzo para inaugurar la primera fase de las obras. Se anotó la petición pública del párroco de que se acometiera la siguiente fase a la mayor brevedad, pues también es urgente según Satorre, pero dijo que no quería aventurarse a adelantar fechas. De modo que sí a la reclamación, pero sin plazos, a pesar de que el proyecto está redactado.

La reforma que ahora hay que acometer comprende el pilotaje de la nave desde la sacristía hasta la puerta principal, pasando por todo el patio y la puerta de la casa donde reside el cura. Y esta intervención es necesaria desde 2006, cuando se detectaron las primeras grietas, pero urgente sobre todo desde octubre de 2009, cuando la caída de cascotes al interior dio buena cuenta de la peligrosidad de dejar que el tiempo siga pasando. Los desprendimientos fueron precisamente sobre los bancos en los que un grupo de niños había estado tan solo un rato antes en la Capilla de la Comunión, "una de las zonas más utilizadas de la iglesia" hasta entonces, como mencionó Satorre. Ahora ese rincón de la Iglesia está cerrado y el retablo dorado de formas neoclásicas se resguarda tras un plástico negro.