Cubrió la noche de Lunes Santo de cofrades la ciudad de Torrevieja y el levante fresco quiso estar presente dando vida a las telas y a las flores de los tronos. Del templo de la Inmaculada fueron saliendo ordenados los colores de la Pasión en forma de vestas y capas. Blancos, verdes, negros, morado cautivo, magenta. Y desfilaron los cofrades acompañando las expresivas imágenes, los tronos tallados, las sagradas escenas y los divinos misterios encabezados por la Convocatoria, que estrena trono, caoba y plata, de los murcianos hermanos Noguera, y salía con la Samaritana enfilando Caballero de Rodas cuando ya casi sonaban las once, porque tuvo la Junta Mayor que evitar un amago de chaparrón y retrasar la salida a las diez de la noche.

Le seguía la Última y Sagrada Cena, joven Cofradía, imponente grupo escultórico del torrevejense Víctor García y alarde de esfuerzo para unos costaleros, ataviados con llamativos zaragüelles huertanos, que dotan de movimiento la difícil escena coral. Solo contemplar las maniobras de los giros de este trono en el rectilíneo callejero del centro de la ciudad es ya todo un espectáculo que se completa con la vestimenta a la murciana de sus costaleros.

Santo Lunes también para la Oración en el Huerto de los Olivos, popularmente conocido en Torrevieja como "el paso de los chanes", porque chanes -extranjeros en jerga local- son sus costaleros, casi todos ellos británicos que reciben órdenes de su capataz en inglés. Fue en el año 2004 cuando desfilara por primera vez este trono a hombros de más de un centenar de residentes de otros países introduciendo en la Semana Santa torrevejense una dimensión de internacionalidad que supone algo más que un guiño a la realidad de la sociedad actual de la población.

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Supo implicarse este colectivo de extranjeros en el entramado de la Junta Mayor de Cofradías y ha sabido imprimir su propia personalidad a un paso que nació hablando con la ese, como los torrevejenses, y ahora se expresa en inglés. También por méritos propios han sabido mantenerse desde entonces estos costaleros tan especiales, conservando la originalidad de un paso que ejemplifica el poder de atracción de la Semana Santa como valiosa muestra cultural, más allá incluso de creencias personales y de expresiones públicas de fe.

Y cerrando junto a los materos del San Pedro , dos de los clásicos, la Flagelación y el Nazareno.Pasos de toda la vida, de todas las semanas Santas de Torrevieja, de las de antes y de las de ahora, pasos de aquí a los que la gente de aquí veneran con especial devoción y esperan verlos cada año como muestra del orden natural de las cosas.