Saltaron en pocos minutos todas las alarmas de los bancos y cajas de ahorro del municipio de Rojales. Una a una, y en orden sucesivo, volviendo locas a las patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil que no sabían a qué obedecía. El objetivo era que los agentes pensaran que se trataba de un fallo en cadena motivado por una simple gamberrada: horas antes alguien le había pegado fuego a una instalación de telefonía. Consecuentemente con ello era fácil pensar que se había enviado un mensaje erróneo de robo a través de los terminales telefónicos.

Pero todo estaba relacionado y afortunadamente la banda que ha intentado perpetrar uno de los asaltos más sonados en la Vega Baja en los últimos años, en medio de la noche y teniendo como objetivo la caja de seguridad del SabadellSoldbank, no se ha podido llevar nada. Al parecer, las radiales no eran tan buenas como esperaban y tuvieron que desistir antes de llegar a su objetivo.

La Guardia Civil ha abierto una investigación tras este suceso, ocurrido en la madrugada del pasado sábado en Ciudad Quesada, la macrourbanización de Rojales que tiene como clientes a buena parte de los extranjeros que viven en la zona. El golpe era arriesgado porque la entidad está situada en medio de las urbanizaciones, en un lugar alejado prácticamente tres kilómetros de la autopista Crevillent-Cartagena, lo que complica la huida. Los ladrones accedieron a la entidad a través de un butrón realizado en un pasillo y esperaban que el follón que se había montado en otras entidades despistara a los agentes, algo que consiguieron, pero sin que les sirviera para llevarse el dinero. Ayer la entidad volvió a abrir sus puertas con normalidad, aunque con la presencia de un empleado de seguridad en tanto en cuanto se reparan los desperfectos que ocasionaron los ladrones. La Policía no duda que el golpe estaba perfectamente planeado y duda que se trate de la misma banda que hace pocas semanas reventó más de un centenar de cajas de seguridad en una entidad de Elche. Esta hipótesis de trabajo se centra en el gran botín que obtuvieron en la ciudad ilicitana y que les habría aconsejado más huir y gastarse el dinero obtenido que seguir exponiéndose a ser detenidos por otro golpe.