Noventa cuadros del pintor oriolano Agrasot se cuelgan desde hoy en las paredes del Palacio Sorzano de Tejada, reconvertido en Museo de la Fundación Pedrera, que abrirá sus puertas por primera vez desde que el filántropo empresario Antonio Pedrera anunciara el pasado año la cesión del histórico inmueble y de toda su colección de arte al Ayuntamiento de Orihuela. La que para muchos es una de las cinco mejores colecciones privadas de España -grabados de Goya y pinturas de Sorolla, Fortuny, Picasso, Rivera, Zurbarán, Villegas, Segrelles o Murillo, esculturas del siglo XIX y otras obras de la Edad Media- se podrá ver en un futuro entre estas paredes después de que se complete este proyecto con la reforma de la segunda fase que comprende la planta superior del edificio. Lo que Pedrera y el Ayuntamiento acordaron como cláusula de obligado cumplimiento era que todo este patrimonio se exhibiera al público. El propio Pedrera estaba ayer, nervioso, dando algunos retoques aquí y allí porque lo que a partir de ahora podrán ver los oriolanos es un reflejo de su vida. Desde que comenzó vendiendo telas hasta que construyó un auténtico emporio económico, con enormes inversiones inmobiliarias que le han convertido, al menos para el Ayuntamiento, en un mecenas.

El edificio tiene 1.600 metros cuadrados de superficie dividido en cuatro plantas, aunque sólo tres de ellas serán de exposición. porque la cuarta apenas da para ello. En la segunda está previsto que se cuelguen los 90 cuadros de Agrasot como exposición permanente mientras que, por ahora, el resto del espacio estaría vacío, huérfano de cuadros, aunque sólo el paseo por este palacio, por sus rincones y recovecos, tocando mármoles, esculturas, puertas de hierro repujadas o asomándose a los ventanales suponen una experiencia que traslada al espectador en el tiempo.

La alcaldesa, Mónica Lorente; el concejal de Urbanismo, Antonio Rodríguez Barberá; y la edil de Cultura y Patrimonio, Pepa Ferrando, hicieron ayer de cicerone a los medios de comunicación por las salas, aún con la mayoría de los cuadros por colgar y con buena parte de esas 500 obras que Pedrera dará a la ciudad guardadas en una caja fuerte porque uno de los principales problemas que se tienen que resolver son las medidas de seguridad en el edificio y el seguro que se tendrá que contratar. Lorente, quien hace pocos días inauguraba junto al obispo, Rafael Palmero, y al presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, el Museo de Arte Sacro, a no más de 300 metros de allí, anunció dos cosas. Una, que se va a poner en marcha una ruta de edificios históricos, lo que permitirá a los visitantes entrar a algunos de los palacios privados que se difuminan por el casco histórico de la ciudad; otra, que el Museo de la Fundación Pedrera entrará en la Red de Museos lo que le permitirá no sólo darse a conocer sino, lo que es más importante, comenzar una fructífera relación de intercambio de obras y abrir la ciudad a que acoja exposiciones itinerantes de otros museos.

¿Qué es el Palacio Sorzano de Tejada?

Matías Sorzano de Nájera era un riojano que se instaló en la comarca de la Vega Baja a finales del siglo XVIII, casándose en la iglesia de Santa Justa, en 1802, con Ángela Adalid, natural de Nestares de Cameros (La Rioja). Dos años más tarde solicitó al Ayuntamiento el reconocimiento de su nobleza, lo que le permitió gozar de privilegios, ostentar su lujoso escudo y hacerlo en la fachada de su casa-palacio de la calle del Ángel, construida entre los siglox XVIII y XIX. En 1820 pagó por él 51.439 reales en monedas de oro y plata a Josefa Sardo, viuda de Bernardo Ferro. De estilo neoclásico, fue ampliado en el siglo XIX y tiene la consideración de Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura. Pedrera lo adquirió a otro empresario y lo restauró a finales de los 90 para convertirlo en un lujoso restaurante, negocio que no prosperó. Por último, en agosto de 2010 se firmó la cesión y el cambio de propietario bajo condición. El inmueble se recoge en el libro "Palacios y Casas Nobles de la Provincia de Alicante".