Orihuela le ha echado un largo pulso al Ministerio de Fomento y a Adif -el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias- que le coloca hoy 9 de marzo como el último escollo que el tren de Alta Velocidad Española -el Ave- tiene para cruzar la Vega Baja en dirección a Murcia y llegar en 2014, si se cumplen las previsiones. El edil de Urbanismo, Antonio Rodríguez Barberá, quien acompaña hoy a la alcaldesa, Mónica Lorente, a Madrid a un nuevo encuentro con Carlos María Juarez, director general de Infraestructuras de Ferrocarril, y con dos altos cargos más de Adif, aseguraba ayer que no es una situación que hayan buscado. "Llevamos tres años ofreciendo soluciones que no les han convencido y eso, incluso, que opinábamos lo mismo que Sacyr (la empresa que se adjudicó los trabajos en el tramo que recorre el término municipal por más de cien millones de euros)".

El Ayuntamiento va a Madrid dispuesto a cerrar un acuerdo que Fomento necesita en estos momentos de forma acelerada y que le supondrá un coste adicional a las obras que supera los 12 millones de euros (2.000 millones de las antiguas pesetas), cantidad que se destinaría a sufragar lo que se puede considerar como imponderables de los trabajos; es decir, todo lo que las obras van a destrozar en el término municipal, así como los perjuicios que van a causar al Ayuntamiento y, por ende a los ciudadanos. Los representantes municipales se sentarán a negociar intentando que Fomento acate este precio y que, además, incluya una serie de mejoras que, según explicaba ayer el edil a este periódico, permitirán mejorar la imagen de la ciudad sobre el túnel por el que discurrirá el Ave. Rodríguez Barberá pretende que las mejoras se acaten sin rechistar porque son el futuro de la ciudad.

El Ayuntamiento se ha mostrado en las últimas semanas favorable a alcanzar un acuerdo, como lo demuestra el hecho de que se hayan permitido una serie de obras y cerramiento de cara al inicio de los trabajos, algo que parece que se producirá, prácticamente, al mismo tiempo que se rubrique el acuerdo entre ambas instituciones. El Ave supondrá durante los tres próximos años innumerables problemas a los vecinos de Orihuela porque se tendrán que cortar calles y accesos para permitir construir una segunda vía, paralela a la actual, por la cual se desviará durante este tiempo todo el tráfico ferroviario. Dicho tramo, de cerca de un kilómetro, se llevará a efecto sobre el propio casco urbano mientras que la vía actual se acondiciona para el Ave.

Como ya ha publicado este periódico, el tren de Alta Velocidad irá soterrado, a siete metros de profundidad, aprovechando en buena medida que la cota de profundidad desciende en la zona, por lo que será necesario realizar un menor soterramiento y, consecuentemente con ello, tener menos problemas por lo blando que es el terreno del municipio, lo que constituye uno de los principales problemas. El Ave, por tanto, no se verá sobre el cielo de Orihuela; de hecho, la estación estará en el subsuelo.

El paso del trasvase

y del río Segura

"Es como ir en una montaña rusa", así entiende el concejal de Urbanismo que será el paso por Orihuela debido a que Fomento y Adif no han aceptado la propuesta que el Ayuntamiento hacía para la mejora del trazado. Por un lado, según explicaba Rodríguez Barberá, el Ave se soterrará en Orihuela para, acto seguido, elevarse hasta la cota de 35 metros a fin de superar por encima los tubos del trasvase Tajo-Segura.

El Ayuntamiento pretendía que el Ave pasará el río Segura por debajo y, a continuación, también fuera por debajo de los tubos y no convirtiéndose en una enorme estructura elevada a su salida del término municipal en dirección a la Región de Murcia que, será finalmente, lo que ocurra. M. A.