El concejal de Sanidad de Orihuela, Antonio Ortiz, salió ayer al paso de la denuncia pública de dos protectoras y la edil socialista Ana Mas sobre la supuesta muerte violenta de un cachorro dentro de las instalaciones del Centro de Protección Animal. El edil tildó de "barbaridades intolerables" las acusaciones y aseguró que el cadáver "se congeló" para analizar las causas de la muerte y "por si cabía diligencia penal". De hecho, manifestó que "se está elaborando un informe y los servicios jurídicos dirán si procede llevarlo ante el fiscal para que determine quién es el culpable" del fallecimiento, que el concejal sostiene que se debió seguramente a un envenenamiento.

Ortiz aseguró que la denuncia registrada en el Ayuntamiento tiene "cosas extrañas" e incongruencias con la versión de los empleados del centro, a quienes no quiso consentir que se acuse de maltrato animal. Añadió que en ningún momento se negaron a acoger al animal abandonado, pero que un limpiador no podía decidirlo.