La Generalitat quiere invertir 2,2 millones de euros en hormigonar uno de los pocos azarbes tradicionales de riego que se mantienen tal y como se concibieron en el siglo XVIII, antes de que Dolores y San Fulgencio, términos que atraviesa, nacieran como pueblos. La Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) denunció ayer esta actuación, que tiene el proyecto aprobado, por el daño ambiental, paisajístico y patrimonial que va a generar. El Azarbe de Enmedio es un canal de tradicional y de avenamiento que cruza parte de los términos municipales de Dolores y San Fulgencio y vierte sus aguas en la desembocadura del río Segura. Se trata de uno de los azarbes principales que cruzan la parte mas baja de la huerta tradicional asociada al Bajo Segura y que todavía mantiene sus orillas sin cementar. En algunos tramos sirve de refugio a los últimos ejemplares de olmo común en la Vega. Estos árboles, hasta hace unos años abundantes en toda la geografía peninsular, prácticamente han desaparecido debido a una enfermedad denominada grafiosis, según explicaba el portavoz del colectivo Sergio Arroyo.

El proyecto que ha aprobado la Conselleria de Agricultura consiste en la cementación de las orillas, lo que conllevaría la destrucción de la vegetación natural, además "de crearse un obstáculo infranqueable para la fauna terrestre". Pese al uso de herbicidas que dificultan el crecimiento de la vegetación palustre en las orillas y el vertido de basuras, que degradan este cauce, el colectivo ecologista considera "un despropósito la inversión de esa importante suma de dinero en destruir un bien histórico, cultural y ambiental".

Desde AHSA no terminan de entender el objetivo de la actuación, que tampoco evita inundaciones y creen que con ese presupuesto deberían ser restauradas la vegetación natural de las orillas "en vez de engrosar la cuenta de resultados de las grandes constructoras de obra civil". Por otra parte, las vía de servicio, señalan, podrían ser acondicionadas para actividades como senderismo o cicloturismo para ser utilizadas tanto por la población local como por los numerosos visitantes extranjeros, para conocer los valores de la huerta tradicional. "Es llamativo que mientras se subvencionan este tipo de actuaciones, las comunidades de regantes que realizan un mantenimiento tradicional de sus azarbes y su limpieza, sin usar herbicidas, como la de Los Carrizales de Elche, ven sus ayudas restringidas".