El auge de la inmigración española hacia los países del Magreb, especialmente a dos destinos tan próximos y conocidos como Argelia y Marruecos, comenzó a partir de la segunda mitad del siglo XIX y continuó hasta bien entrado el XX. Los colonos españoles en estos países, más de 300.000 según diversas fuentes, eran en su mayoría de origen andaluz y levantino; particularmente, de las provincias de Almería, Murcia Alicante y Valencia.

De nuevo y salvando las distancias, se está produciendo un éxodo hacia estos dos países del norte de África. Primero fueron las grandes empresas las que buscaron allí rentabilidad a sus negocios por la crisis, pero desde hace unos cuatro años son pequeños y medianos empresarios relacionados, primordialmente, con la construcción los que miran al sur como único futuro. Y ello es consecuencia del declive de este sector en la península. Sobre todo en provincias como la de Alicante y, particularmente, en comarcas como la Vega Baja.

Este es el caso de José Manzano Benito, un empresario de estructuras de hormigón y cerramiento de Rojales de 51 años, ha tenido que dar este salto. Desde noviembre de 2008 centra sus actividades económicas en Marruecos. Reside en un piso de alquiler junto a otros socios en Mohammedia, una ciudad situada a mitad de camino entre Casablanca y Rabat. Su actividad se centra en la construcción de viviendas destinadas a ciudadanos marroquíes; especialmente, son casas destinadas a magrebíes que trabajan en países europeos. Los precios que allí se pagan oscilan entre los 50.000 y los 70.000 euros. También, explica, para clases sociales más pudientes se están edificando villas con las mejores calidades que se venden a precios de hasta los 350.00 euros. "Hay mucho trabajo en Marruecos y muchos españoles. Me gustaría volver a trabajar en España pero, de momento, no puede ser por la situación que seguimos teniendo allí", explica.

Este empresario añade al contar sobre sus idas y venidas a la península que "cuando me traslado en avión, tanto para ir como para venir, casi todo el pasaje son empresarios españoles de todo los sectores y muchos de ellos son de fábricas del calzado que antaño estaban en Elche".

Su empresa en Marruecos se denomina Holding Maroc Íbero SAT, está construye en estos momentos 800 villas en una urbanización de lujo y, dice, va a comenzar a edificar tres edificios de viviendas próximamente. De momento tiene asegurado su futuro en este país a corto y medio plazo.

Peones

José Manzano, asegura, trabaja para los empresarios de Marruecos y cuenta en su empresa con 70 peones, todos ellos marroquíes, y tres especialistas que son españoles.

"Como somos cuatro socios vamos rotando cada 15 o 20 días", añade para explicar cómo se soporta la lejanía con la familia. Relata que pagan a los peones unos once euros al día por diez horas de trabajo y que todos están asegurados, aunque "lo normal aquí es pagar menos y no tenerlos asegurados".

Para explicar cuál es el nivel de sueldos, el empresario apunta que un policía puede ganar entre 300 y 400 euros al mes. Casi todos sus trabajadores, relata, apenas tienen experiencia en la construcción y "tenemos que enseñarlos ya que provienen del campo. En Marruecos se está produciendo un éxodo rural como pasó en España en los años 50 y 60", resume.

Manzano Benito explica que la vida de los españoles en Marruecos "es de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, excepto los fines de semana, donde nos juntamos algunos españoles para comer en alguna casa, salimos a comer marisco, que es muy barato, visitamos algunos lugares o nos vamos a pescar".

Argelia

También procedentes de Rojales son los empresarios Amadeo Pastor García, de 46 años de edad, y Juan José Menárguez Balastegui, de 49, quienes desde septiembre de 2008 trabajan en Argelia. Tienen su base de operaciones en Orán.

Son socios en una empresa y trabajan, sobre todo, en obra pública construyendo viviendas de protección oficial (VPO). Dos millones de casas de VPO prevé construir el gobierno argelino en los próximos años, explica un esperanzado Juan José Menárguez ante la situación que se está dando en España.

Al igual que José Manzano, Amadeo Pastor y Juan José Menárguez, turnan su estancia en el país magrebí donde residen en un piso de alquiler. Los jornales que pagan a sus trabajadores son similares a los que se dan en Marruecos. "Están bien pagados según los sueldos de Argelia", apostilla Martínez.

El disponer de trabajo y sueldo supone para estos empresarios llevar una vida ingrata, lejos de sus familias: "Lo llevamos un poco mal; el mes que pasamos en Orán se hace eterno, muy largo. Es duro estar lejos tanto tiempo", señala Amadeo Pastor.

"En el Ramadán no comemos para que no nos llamen la atención"

Las costumbres árabes, como el Ramadán, también plantean conflictos: "Es difícil de llevar porque tenemos que seguir el ritmo de ellos y, si queremos comer o beber agua, lo tenemos que hacer a escondidas para que no te llamen la atención" añade. La comida es igual que en España, excepto que no hay cerdo, señala, Menárguez y Manzano. "La vida no es como aquí, apenas se sale si no es para trabajar y eso de almorzar, no existe", aseguran durante la entrevista, precisamente, almorzando en un bar de Rojales. Lo bueno, añaden, es que "los argelinos aprecian mucho a los españoles". Los empresarios coinciden en afirmar que van a pasar mucho tiempo en Orán porque la crisis, "parece que va a ser muy larga en España". Uno de los problemas a los que se enfrentan, entre otros, es que no hay gente preparada para la construcción. "Los oficiales nos los tenemos que llevara de aquí (España) y falta preparación. No tenemos ganas de dejar nuestra tierra pero hay que ir (a Argelia) y lo peor es cuando estamos solos y los socios están en España". Un aspecto positivo que destacan a la hora de trabajar en Argelia es que tienen garantizados los pagos los pagos. "Si alguien nos deja una deuda las autoridades enseguida actuaba y embargan sus bienes", indica Menárguez. e. d. G.