Centenares de personas asistieron ayer al funeral por Manuel Berná, el maestro Berná, que falleció el miércoles en su Albatera natal a los 95 años. Autoridades, amigos, vecinos, pero sobre todo músicos, quisieron acompañar a la familia en la despedida al compositor, director e impulsor de inmumerables iniciativas musicales y culturales en la Vega Baja y el resto de la provincia.

De hecho, además del alcalde de Albatera, Federico Berná, el resto de la corporación, la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, y la directora general del Instituto Valenciano de la Música, Inmaculada Tomás, así como miembros del patronato de la Fundación Miguel Hernández, acudieron miembros de bandas de música desde todos los puntos de Alicante. Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando las bandas La Aurora de Albatera y la Unión Musical de Almoradí acompañaron al féretro con los restos del maestro tocando el himno de Albatera -obra suya- desde la Casa de Cultura hasta la iglesia de Santiago, donde el vicario de Orihuela concelebró la misa. En el funeral, como no podía ser de otra manera, estuvo muy presente la música. Coro, órgano y la soprano ilicitana María Cayuelas tomaron parte, al igual que la violonchelista Cecilia Martínez, que interpretó el Cant dels Ocells. Por su parte, los auroros del Rincón de Bonanza, de los que Manuel Berná fue gran impulsor, cantaron un padrenuestro en la capilla ardiente.