Los temporales de frío y las consiguientes heladas que tuvieron lugar el pasado diciembre arruinaron miles de tahúllas plantadas con alcachofas en todo el sureste español. Las pérdida de millones de kilos de este producto hacen que ahora las plantaciones más tardías que han comenzado a dar sus frutos y las que no se helaron tengan un elevado valor en el mercado, lo que provoca la proliferación de grupos organizados que las roban para su venta en el mercado negro a bajo precio.

Los asaltos en huertas y campos de la comarca son constantes, lo que ha hecho que numerosos agricultores pasen la noche vigilando sus tierras y, en otros casos, se ha tenido que recurrir a la seguridad privada, ya que a pesar de su coste "sale más barato que sufrir robos", explica Bartolomé Ramírez, director técnico de la Sociedad Agraria de Transformación Olé de San Bartolomé, cuyas fincas están siendo constantemente asaltadas.

Los costes de los servicios de vigilancia contratados por esta SAT se elevan a 11.000 euros al mes, indica Ramírez. Los precios de venta de la alcachofa en origen oscilan entre 1,5 y 2 euros el kilo. En los mercados su precio casi se triplica. Otros productos hortofrutícolas, como los cítricos o los brócolis, debido a su bajo precio, no interesan a los ladrones.

Según denunció ayer el sindicato Jóvenes Agricultores-Asaja los robos de cultivos se centran ahora en los productos de mayor valor y obligan a los agricultores a dormir en los campos y poner vigilancia privada. "Los agricultores de la provincia viven asediados por los robos e, incluso, contratan a empresas de seguridad. Se desplazan a los campos de cultivo para vigilar estas zonas e impedir que las destrocen y se lleven sus productos" se explica. El presidente de Asaja, Alicante, Eladio Aniorte, asegura que se viene denunciando "hasta la saciedad" los robos que están asediando a los agricultores de la provincia, no sólo de cosechas, también de otros bienes, como herramientas o maquinaria agrícola. "Lejos de activar medidas que hayan conducido a potenciar la seguridad en las zonas rurales, cada día se producen más delitos de este tipo, causando grandes pérdidas para los productores e, incluso, daños personales" expone Aniorte.

Situación peligrosa

Esta situación también puede resultar peligrosa para el consumidor. Los ladrones usurpan productos que se venden directamente en mercados y que no han pasado los procesos de calidad y seguridad alimentaria que deberían.

Según Aniorte se llevan cosechas enteras, de más de 20 toneladas, por lo que cuentan con medios para poder transportarlas. Así, en pocos meses, las pérdidas superan cifras muy elevadas. Más de 200.000 euros sólo en la sociedad Olé de San Bartolomé, en Orihuela, una de las empresas hortofrutícolas más importantes de la provincia.

"Verdaderos profesionales"

"Estamos hablando de verdaderos profesionales, que son perfectamente conocedores del terreno que pisan y del valor de las producciones que roban", concreta Aniorte. Desde finales de diciembre unos terrenos de cultivo situados en Vista Bella (Orihuela) ya han sido asaltados en, al menos, ocho ocasiones.

"Ni me acuerdo ya de las denuncias que he presentado en la Guardia Civil", señala el agricultor que ha sufrido estos asaltos, Javier, un vecino de San Bartolomé. El último robo que sufrió tuvo lugar anteanoche. "El vigilante los descubrió y, cuando llegó al lugar, ya se habían marchado, ya que se trata de una finca muy grande. No sabemos cuantos kilos se han llevado, pero se dejaron un saco lleno de alcachofas que hemos podido recuperar", aseguró. Explicó que "hay varias bandas que actúan desde hace muchos años. Son especialistas y conocen el mercado y sus precios, por eso van a por los cultivos más rentables en cada momento".

Destacó que lo peor no son los kilos de alcachofas que roban y se quejó de los daños que producen en la mata porque "la destrozan y se pierden hasta cuatro cortes (recolecciones) .