Los niños que pasan estos días en la planta de Pediatría del Hospital Vega Baja recibieron ayer la visita de una familia de mágicos personajes que les hizo olvidar dónde estaban. Una iniciativa protagonizada por unos seres de cuento que decidieron emplear su tiempo libre de un sábado por la mañana para desatar sonrisas entre los más pequeños. El resultado, un torrente de alegría protagonizado por nueve jóvenes que, dado el éxito de la actividad, regalaron sonrisas no sólo a los más pequeños.

Un grupo de niños de distintas edades ingresados en el hospital esperaba ayer en una de las habitaciones del centro para recibir una sorpresa. De pronto, dos duendecillos llegados de un país lejano llamado "Agatibú", que vestían de verde, tenían orejas puntiagudas y miraban con expresión simpática, irrumpieron en la sala infantil. Estos preguntaron a los niños si habían visto a sus compañeros de viaje, los que al parecer, se habían perdido porque la burbuja donde viajaban se había roto, y desde ese momento, los niños entraron de lleno en el mundo de los duendes. Pronunciando algunas palabras mágicas ayudaron a encontrar al resto de seres de orejas puntiagudas.

Fueron nueve los miembros de la asociación callosina de Jóvenes con el Arte Solidario (JAS) los que decidieron participar en la actividad para llevar ilusión a este hospital de la comarca. Este grupo de jóvenes continúa así la tarea que emprendieron hace algunos años de ayudar a mejorar la calidad de vida de la infancia. Una de las duendes que colaboró en la jornada celebrada ayer, María Ruiz, contó que a través de esta iniciativa pretende fomentar la lectura de cuentos en los niños para que desarrollen con sus juegos la imaginación y la creatividad.

Por su parte, una de las enfermeras de Pediatría del Hospital, Rocío Ballester, explicó que este tipo de actividades ayuda a los niños a salir de la monotonía que lleva consigo el estar ingresado. "En esos momentos se olvidan de que están en un hospital y de las limitaciones que tienen al estar aquí", dijo la enfermera, quien ensalzó la que a su juicio fue una "magnífica puesta en escena". La sanitaria trasladó que estaría encantada de que JAS volviera en más ocasiones porque estaban todos "embobados con caras de ilusión, observando y participando con el grupo de duendes".

Globoflexia

La animación continuó con la entrega de algunos regalos a los niños y con un taller de globoflexia que convirtió un puñado de globos de colores en flores, espadas o animales. Los padres de algunos de los críos se mostraron también maravillados con la actividad organizada por el grupo de duendecillos y entraron de lleno en el juego repitiendo junto a sus hijos las divertidas canciones y palabras mágicas.

Acabada la representación, los voluntarios visitaron las habitaciones de algunos niños que no pudieron asistir a la puesta en escena en la anterior sala y les regalaron unos minutos de ilusión con sus cuentos, bailes y canciones. Fue tal el sentimiento de alegría desatado por este grupo en el hospital, que al final se decidieron a recorrer varios de los pasillos del centro, guitarra en mano, y visitaron algunas habitaciones donde están ingresados los que, aun siendo de avanzada edad, volvieron a ser niños al reír con los simpáticos duendecillos.