El Partido Popular de Orihuela celebró ayer una jornada de convivencia a la que acudieron unas 3.000 personas, según los cálculos del propio partido, que habilitó largas mesas y regaló paella y bebidas a los asistentes, además de instalar juegos hinchables para los niños. La alcaldesa, Mónica Lorente, pasó horas saludando a los vecinos que quisieron felicitarla o hacerle llegar sus inquietudes, y se dio así un baño de masas con el que quedó escenificado el apoyo de la militancia a la presidenta del partido. Tomó "buena nota", aseguró, "para seguir haciendo una política cercana y que se corresponda con las necesidades de todos sus vecinos".

No acudieron a la cita políticos populares de la Diputación ni de la Generalitat, sino que más bien el evento se planteó como una reunión local (a la que sin embargo faltaron las dos ediles campistas de la corporación). En el acto intervinieron Rafa Vives, coordinador del PP en la Vega Baja, y la propia Mónica Lorente, quien manifestó que "en el PP somos un gran equipo que unido va a conseguir superar el apoyo de las anteriores elecciones locales de 2007 en las urnas, ante la incompetencia que está demostrando el partido socialista tanto a nivel nacional como municipal". Al evento -que engrasa la campaña electoral para las municipales- también acudieron tres autobuses repletos de extranjeros residentes en la costa.