Los vecinos de San Francisco de Orihuela estaban ayer de estreno y enhorabuena. Algo que no es habitual para este barrio castigado durante años por el abandono de las administraciones públicas. El Ayuntamiento de Orihuela se puso las pilas a principios de 2009 y aprovechó los fondos del Gobierno para rehabilitar la iglesia del Santo Sepulcro, que se mantenía en pie de puro milagro cuando comenzaron los trabajos de remodelación. La obra ha costado medio millón de euros.

La concejal de Cultura, Pepa Ferrando, tenía motivos para estar satisfecha ayer. Explicó que el templo se va convertir en un espacio consagrado a la cultura, dinamizador de la vida del barrio y que estará a disposición de cualquier colectivo local que lo solicite. Desde el mes de noviembre se programarán distintas actividades con el mismo horario de apertura, de mañana y tarde, que el resto de dependencias del área de Cultura.

El edificio es Bien de Relevancia Local por su valor patrimonial y se convertirá en una sala para la cultura de referencia en la ciudad, al igual que otras sedes municipales, como San Juan de Dios o La Lonja. La alcaldesa Mónica Lorente Lorente dijo que "la rehabilitación ha sido un reto desde el principio de este mandato, que hoy es una realidad, convirtiéndose a partir de este momento en un edificio de exposiciones, conciertos, presentaciones y otros actos, siendo objetivo de núcleo dinamizador de esta zona oriolana". Aprovechando el acto inaugural, Lorente, quiso agradecer mediante la entrega de una placa a trece representantes de colectivos y entidades del barrio en reconocimiento a la colaboración y persistencia a la hora de lograr la remodelación.

Historia

Desde su origen este pequeña y singular iglesia dependió de la Venerable Orden Tercera (VOT) de los Padres Franciscanos. Se construyó en 1666 a expensas de un cofrade francés, Juan Brocal. En 1728 se concluyó su ornamentación interior con un camarín con la imagen del Cristo Yacente. La iglesia fue vendida en los años setenta del pasado siglo por la VOT a la comparsa de Moros y Cristianos Caballeros del Rey Fernando, de la cual la adquirió el Ayuntamiento para su restauración en 2008. La administración local llevaba prometiendo la actuación desde 1998. Los trabajos llegaron "in extremis". Días después de que se abrieran las plicas para que se adjudicara la obras se derrumbó parte de la cubierta.