La indignación de María del Carmen Cutillas ha llegado a su límite. Después de tres años y medio a la espera de que lleguen las ayudas reconocidas por la Ley de Dependencia a su hija, de 17 años y que sufre una parálisis cerebral que le ha provocado una minusvalía del 97,5 por ciento y otorgado el grado de gran dependiente, todavía no ha recibido ni un euro. Y además, ha tenido que soportar como "un cargo elegido y pagado por todos" del Ayuntamiento le ha dicho que "esté tranquila" porque va a "trincar". "Tener un hijo minusválido no es un negocio", dice Cutillas, quien muestra su desesperación y su desesperanza al ver que las ayudas no llegan y que, encima, le acusan de querer ganar dinero a costa de la discapacidad de su hija. "De ahí no me voy a hacer rica", añade al mismo tiempo que insiste en que esta ayuda económica "no es un capricho".

Cutillas, que tan sólo se benefició de una subvención municipal en una ocasión y porque se puso enferma, solicitó las ayudas a la dependencia el 29 de mayo de 2007 y firmó el documento por el que se le concedía una subvención de 540 euros en abril de este año. Sin embargo, todavía no le ha llegado ni un euro. Con esto, esta madre asegura estar "cansada de tocar puertas y que nadie las abra".

Esta madre, que ya vio morir a su propio padre sin que éste recibiera las ayudas a la dependencia que solicitó, no puede trabajar porque tiene que cuidar de su hija. Mientras tanto, los cuatro miembros de su familia viven con el sueldo del padre de la niña afectada, que ronda los 1.000 euros.

Los dos únicos casos

María del Carmen Cutillas e Isabel Berná son las dos únicas madres de niños dependientes de La Murada. Los dos menores sufren dolencias similares y tienen casi el mismo grado de discapacidad. Por eso, ambos han sido calificados como grandes dependientes. Sin embargo, la primera ha sido reconocida como beneficiaria de una ayuda de 540 euros mensuales y la segunda, de una de 400.

Ninguna de las dos se explica el por qué de la diferencia. Pero con más o menos euros en el papel, lo que les importa a estas madres es recibir las ayudas lo antes posible. Las dos aseguran que la situación ya es insostenible y por eso reclaman que "se cumpla la ley"

y que se atienda a las necesidades de sus hijos. Otra familia de esta pedanía oriolana estaba en la misma situación, pero ya ha empezado a cobrar la mensualidad.