Agentes judiciales de la Policía Nacional han procedido a identificar los puntos en las que un ex trabajador de una de las empresas del industrial de las basuras Ángel Fenoll ha denunciado que se enterraron supuestamente toneladas de residuos en zonas agrícolas, fuera del control de las autoridades. Los agentes realizaron una inspección de la zona, cercana a la partida rural habitada de Los Randeros de La Murada (Orihuela), registraron los puntos de los enclaves a través de un sistema GPS y los documentaron.

Estas diligencias se producen a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, según pudo confirmar este diario. El mismo denunciante aportó al fiscal Felipe Briones, en diversas comparecencias, imágenes en las que se pueden apreciar supuestos lixiviados, residuo líquido generado por productos en descomposición, procedentes de los enterramientos.

El área empleada para este uso está ubicada fuera de cualquier instalación legal de vertido y a escasos cientos de metros del basurero de Proambiente, propiedad del citado empresario oriolano, imputado en el caso Brugal. Esta mercantil trata la mayoría de los residuos generados por los municipios de la comarca de la Vega Baja y el este de la Región de Murcia. Anticorrupción investiga si existen indicios reales de vertido de basura en estos suelos privados, que tras su supuesto uso como basurero fueron acondicionados como bancales para el cultivo de cítricos, con la aprobación de los propietarios.

Este tipo prácticas se habría llevado a cabo en los últimos años y hasta hace escasas semanas, en horario vespertino, fuera de la franja horaria de vigilancia de las fuerzas de Seguridad, que patrullan por la mañana. Las máquinas practicaban un hoyo de grandes dimensiones en fincas agrícolas, según se cita en la denuncia, con el objetivo de depositar los residuos. Una vez rebasada la capacidad del agujero se enterraban las basuras bajo un manto de más de un metro de tierras agrícolas. Uno de los puntos inspeccionados presenta ahora una plantación intensiva de cítricos jóvenes, regados del canal de Riegos de Levante, que atraviesa las inmediaciones.

Nueva tecnología

El vertedero de Proambiente tiene colmatados varios de sus vasos de vertido. Por este motivo incorporó una nueva tecnología en la que se trituran y deshidratan todos los materiales que no se pueden reciclar (vidrio, plásticos, aluminios o cartones) y obtener combustible para ponerlo a la venta a industria cementera.

La empresa mantiene que en estos momentos y con esa fórmula sólo entierra -en sus instalaciones- el 20% de la basura que recibe y el resto la reutiliza. La mercantil guarda silencio sobre esta polémica denuncia.