Los expertos achacan la rápida extensión del picudo rojo en la Comunidad a la pasividad del Consell que ha tardado más de un año en aprobar la normativa que obliga a los propietarios a hacerse cargo de las palmeras infectadas. "En el último año el picudo ha llegado a prácticamente todos los pueblos de la franja costera y nadie hacía nada, ni la administración ni los dueños", lamenta la bióloga Susana Gómez de la Estación Phoenix de Elche, quien precisó que los depredadores naturales como el mirlo o las ratas pueden frenar en algo al picudo, pero no son eficaces porque las larvas realizan galerías de cinco metros. Los profesionales de asociaciones de mantenimiento de jardines como Asema mantuvieron ayer que la acción de esos depredadores podría explicar el freno que han observado a la expansión del picudo en la Vega Baja. La Generalitat se encargaba hasta hace un año y medio de retirar las palmeras infectadas tanto en lugares públicos como privados pero cortó el programa en seco mientras se tramitaba la normativa.