Hay asuntos que encandilan al alcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo y el de ayer era uno de ellos. Escucharlo hablar del programa "Vacaciones en Paz", de cómo las familias de la provincia, y especialmente del municipio, realizan cada año un esfuerzo de compromiso con estos pequeños que viven todo el año en los Campamentos de Refugiados de Tinduf, le hacen entender a uno el esfuerzo económico que el Ayuntamiento hace cada año con la causa saharaui. Ayer se firmó un nuevo convenio para garantizar que este programa siga funcionando como hasta ahora y que deje siempre una puerta abierta a la esperanza.

Cuatro

En primera fila del salón de plenos estaban los cuatro pequeños que este años están teniendo en privilegio de abrir un grifo y ver correr el agua caliente o freía, sentir en su piel el aire acondicionado o tocar un botón y ver dibujos. Son niños que viven de la solidaridad internacional, sin futuro y que en Torrevieja descubren qué es el paraíso: Un helado, un paseo, un juguete o unas botas de futbolista.

El esfuerzo es grande. Durante julio y agosto las familias se hacen cargo de los pequeños y cubren todas sus necesidades. Son familias de acogida y sustituyen a padres y madres generando unos lazos de unión que nunca desaparecerán.El Hospital procede a una revisión médica de cada uno de ellos y, si tienen algún problema, se encarga de solventarlo durante este verano. Todo ello se sufraga gracias a la ayuda de ayuntamientos y otras instituciones. Se pagan gastos notariales, viajes, visados y monitores. Traer a los cuatro pequeños ha costado 2.600 euros -650 euros por niño- pero ha valido la pena.