Los plenos de Bigastro parecen desde hace tiempo choques de trenes. La sesión del lunes por la noche no fue una excepción, y después de dos horas de cruces de insultos entre los jefes de ambos partidos la tensión llevó a los gritos y acabó contagiando también al público, que abucheó a su gusto a uno o a otro político. Así lo narró al menos el portavoz del PP local, Aurelio Murcia, quien desde la oposición aseguraba ayer que iba a presentar una denuncia ante la Guardia Civil por los insultos recibidos del alcalde socialista, Raúl Valerio Medina, aunque admitía que merecería probablemente otra en sentido opuesto. El primer edil no pudo ser localizado ayer por este diario para conocer su versión.

Según Murcia, el alcalde reiteró en muchas ocasiones descalificaciones del tipo "sinvergüenza y caradura", mientras que él admitió haber repetido mucho "incompetente e inútil" y se defendía diciendo que "si yo le estuviera insultando a usted así ya me habría expulsado de la sala", a lo que el regidor contestaba diciéndole al secretario municipal "pon en el acta que estoy insultado al portavoz de la oposición", o "apunte que me hago una advertencia a mí mismo".

Tras tres puntos del orden del día aprobados y tres mociones desechadas, durante las preguntas de la oposición la crispación se encendió mientras discutían si el alcalde usa o no actos como la coronación de las reinas o la imposición de orlas del instituto para atacar a su adversario político. Aurelio Murcia decidió marcharse de la sesión: "Como esto no va a ningún lado y es la última pregunta, nos vamos", dice que dijo, y los concejales populares se levantaron de sus asientos. Asegura Murcia que entonces Medina elevó el tono de los insultos hasta calificativos dignos de no escribirse, a lo que "me fui hacia él como una bala y le dije lo que no está en los escritos".

Al final el público empezó a increpar a los políticos a gritos y el pleno se dio por acabado sin que se levantara formalmente la sesión. Sin embargo, algún vecino se manifestó ayer ante este diario muy decepcionado por la actitud de ambos políticos. Para Murcia, efectivamente, fue "un acto deprimente que no se debe repetir, pro no vamos a consentir que nos quiten el derecho a hablar en un pleno ni que me insulte".

Será la primera denuncia que Murcia presenta en el marco de un pleno, pero cabe recordar que llegó a estar detenido tras resistirse a ser expulsado por el primer edil.

Decisiones

Aunque parezca raro, hubo unanimidad en algunos puntos de la sesión del lunes. Por ejemplo, cuando se decidió "estimular la implantación de comercios subvencionando con 150 euros durante tres meses, aunque nosotros proponíamos 3.000 euros mensuales durante medio año", también cuando se acordó instar a la Generalitat y al Ministerio a instalar el puerto seco en San Isidro, y cuando el pleno del Ayuntamiento se manifestó conforme a que "no quiten profesores en el instituto y se imparta una línea bilingüe en el colegio La Paz", todo ello según explicó Murcia.

El PSOE, por su parte, no aprobó las propuestas populares para "anular el terreno que Moya regaló a su primo segundo y marido de una concejala", siempre según la fuente citada.