Los que ya participaron el año anterior saben que les espera una jornada repleta de actividades, en las que tienen cabida las Matemáticas o el Inglés, pero de forma más divertida. Un año más, la apertura de la Escuela de verano de la localidad contribuirá a que padres y madres puedan conciliar más cómodamente la vida familiar y laboral.

Este año son 200 escolares los que participan en la escuela estival organizada por el Ayuntamiento de la localidad y la concejalía de Educación. Sus puertas permanecerán abiertas durante todo el mes de julio y serán 15 monitores los encargados de llevar a la práctica la fórmula mágica que da sentido a este curso de verano: lograr que los niños repasen los conocimientos adquiridos durante el año escolar a la par que se divierten. El curso está organizado a través de semanas temáticas en las que se canalizarán todas las actividades "a través de enfoques como la magia, la vida pirata o las profesiones de los mayores. Se trata de hilar el conjunto de actividades deportivas, de repaso de materia o de ocio, a una temática que será distinta cada semana", explicó la coordinadora de la escuela Fini Ramón.

Monitores

Así, en la organización del curso se ha tenido en cuenta la participación de niños que necesitan atenciones especiales por tener algún tipo de discapacidad. En concreto son tres los que recibirán atención especial por parte de los distintos monitores, aunque cada uno de ellos formará parte de un grupo distinto. "El objetivo es que participen en actividades con otros niños para fomentar su integración", expresó la coordinadora. De esta manera, un grupo de integrantes del Gabinete Psicopedagógico municipal se ocupará de adaptar las distintas actividades para que todos los chiquillos tengan las mismas oportunidades de aprender disfrutando durante este curso de cuatro semanas.

En esta escuela estival, además de actividades en las instalaciones del centro, los niños participarán en distintas excursiones, como pasar una mañana a la semana en la piscina municipal para los más mayores o excursiones a los museos de la localidad. "El rango de edades comprendidas entre los cuatro y los seis años es el grupo más numeroso en participación. En definitiva, se ha hecho con espíritu de que los niños disfruten y los padres puedan conciliar de mejor forma la vida familiar y laboral", expuso la concejal de Educación María Dolores Martínez.

Asimismo, los efectos de la coyuntura económica actual también los sufrirán los trabajadores de esta escuela estival. El equipo de monitores, formado por educadores o animadores socioculturales, cobrará este año un 16% menos de salario que en anteriores ediciones. Aunque la reducción del sueldo parece no ir ligada a una disminución del ánimo con el que trabajan. "Hay un par de niños que se lo han pasado tan bien que al terminar me han preguntado a qué hora nos veríamos por la tarde", comentó una de las monitoras.