Los oriolanos vieron ayer una transformación que sucede una vez cada año en el Teatro Circo, donde unos cargos de las fiestas ceden su testigo a otros en un acto que aúna emoción, sentimientos, historia, tradición y cultura popular. Ayer, como no podía ser de otro modo, comenzó con algo de retraso y un lógico nerviosismo en el ambiente. La presentación de las abanderas de las comparsas moras y cristianas -Moros Musulmanes Escorpiones, Almohábenos, Negros Egipcios, Moros J'Alhamed, Abdelazíes, Realistas, Moros Beduinos, Almorávides, Moros Viejos de Aben-Mohor y Moros Nazaríes de Abén-Humeya, así como Caballeros de Tadmir, del Oriol, Piratas Bucaneros, Caballeros de Santiago, Seguidores de Arum y Ruidoms, Contrabandistas, Caballeros del Rey Fernando y Caballeros Templarios- dio pasó al pregón de fiestas, un pergamino que leyó en esta ocasión Trini Murcia Ballester antes de que el gran protagonista del acto, José Vicente Escudero Galante, deleitara al público que llenó el foro oriolano.

Fue un pregón -el diario reproduce en su página 11 algunos de los párrafos- donde no faltaron referencias ni a la ciudad ni a algunos de sus elementos más significativos de este año tan especial. Orihuela, como Gran Ciudad -declarada el pasado mes de mayo por el Consell-; la crisis, no sólo la económica, también la de los valores; la audacia de Teodomiro; la valentía de la mujer oriolana; las santas Justa y Rufina, Nuestra Señora de Monserrate, la Armengola,... y por encima de todos ellos el poeta. Miguel Hernández sirvió ayer a Escudero para una proclama de las libertades ciudadanas a ultranza.

Pero también se refirió a la Cruz de la Muela, de la que hizo una encendida defensa y dijo que "quede donde está y rechazamos aquellos personajes que, torticeramente, buscan la fama y notoriedad que el trabajo diario no les otorga, estos son los personajes que deberían aprender de la tolerancia y respeto que inspiraron el pacto de Abdelaziz y Teodomiro, pero seguramente, es tal su cortedad de miras, que leyéndolo no sabrían interpretar los valores que contiene"

"La historia -dijo el glosador- y no sólo la más antigua, nos enseña que los oriolanos somos gente de buena ley, que somos capaces de convertir el desastre de la guerra en fiesta, pasar del odio al perdón y a la amistad". De hecho, Escudero llegó al corazón de muchos de los allí presentes recordando a amigos que ha perdido. A Juan Francisco Cerdá, a Joaquín Ezcurra a Mario Vargas. Desde ayer también ejercen sus cargos José Luis Fuentes y Manuel Ferrández-Villena como embajadores Cristiano y Moro; José Antonio Juan, como alcaide del Castillo, y del cuello de Vanessa Martínez ya cuelga el toisón de Armengola 2010. También recibieron sus distinciones María Carmen perales, Julio Martínez, José Roldán , Pedro Barrios y Manuel Luna como festeros de honor; y la agencia de seguros Ocaso que será socio de honor. Y como dijo ayer el glosador, que comience la fiesta.