La Universidad Miguel Hernández (UMH) está decidida a relanzar las variedades de tomate tradicionales de la provincia de Alicante, y además de combinarlas genéticamente para mejorar su resistencia también las somete ahora a la prueba de fuego: al dictamen del paladar. El lunes se inicia en Las Salesas (Orihuela) un experimento comercial del departamento de Economía Agroambiental que sentará a la mesa a consumidores habituales de tomates, les dará a probar las variedades autóctonas y les preguntará por su calidad, si estarían dispuestos a comprarlas y cuánto pagarían por ellas.

Entre el 5 y el 14 de julio se celebrarán ocho días de catas en los campus de Orihuela, Elche y San Juan. Para participar en una de las sesiones, que van de los treinta minutos a la hora de duración, sólo es necesario ser comprador habitual de tomates, vivir en la provincia de Alicante y más de treinta años. De hecho los investigadores y estudiantes que están coordinando este experimento comercial siguen buscando voluntarios, que sólo pueden participar en una sesión y que además de almorzar se embolsarán diez euros en un rato. Otro atractivo que plantean las profesoras Marga Brugarolas, Laura Martínez-Carrasco y África Martínez para tomar parte en este experimento es la oportunidad de conocer desde dentro una investigación universitaria.

Esta iniciativa que comienza a andar el lunes en Orihuela (el martes en San Juan, el miércoles en Elche...) forma parte de un proyecto multidisciplinar coordinado por el director de la EPSO (Escuela Politécnica Superior de Orihuela), Juan José Ruiz, cuyo objetivo es la recuperación del cultivo de variedades tradicionales de tomate alicantinas. En este proyecto, abordado desde muchos campos del conocimiento, participan investigadores de distintas áreas y esta es la tarea de la de Economía, Sociología y Política Agraria. El objetivo de los investigadores es "analizar las posibilidades de mercado que tendrían dichas variedades".