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Un vecino de Orihuela ha denunciado ante la Sindicatura de Greuges que las pelotas de un campo de golf contiguo a su vivienda están provocando desperfectos en su casa y su jardín desde hace años.

En una recomendación, el Síndic, José Cholbi, ha instado al Ayuntamiento de Orihuela a que implante "medidas correctoras" para controlar la actividad de este campo de golf y evitar así que causen daños en las casas colindantes.

El autor de la queja, propietario de una vivienda unifamiliar situada junto al campo de golf Las Ramblas de la localidad alicantina, sufre "daños en su propiedad debido a que caen pelotas sobre su casa y su jardín desde hace varios años", según explica Cholbi.

El vecino, quien fue sancionado por infracción urbanística al ampliar su vivienda con cristal y aluminio y un porche-garaje, presentó un escrito el pasado mes de septiembre ante el Ayuntamiento de Orihuela para exigir la actuación municipal, sin que hasta la fecha haya contestado.

En el documento, pedía al consistorio que adoptara medidas para "preservar su vivienda, su jardín y sus propias personas del peligro que continúa amenazando su seguridad" debido a la actividad que se desarrolla en el campo de golf, añade el Síndic.

Posteriormente, la urbanizadora que gestiona el campo de golf informó al Ayuntamiento de que, para evitar causar problemas a dicha vivienda y las demás fincas colindantes, había cambiado la orientación del "tee" o lugar de salida y se han plantado setos de cipreses.

Al respecto, el autor de la queja alegó al Síndic que, pese a estas modificaciones, "sigue sufriendo los mismos daños" y que aunque el cambio de orientación "pueda haber beneficiado a determinadas viviendas que se encontraban en la misma situación, no ha provocado mejora o alteración alguna respecto de los daños y perjuicios en su propiedad".

Cholbi advierte de que "los daños producidos por las pelotas de golf" procedentes del campo contiguo a su vivienda constituyen "un serio peligro tanto para los bienes y propiedades como para la seguridad de las personas colindantes con dicha actividad".

Por ello, considera que es el consistorio el que debe controlar el funcionamiento del campo de golf y exigir el establecimiento de "medidas correctoras que resulten necesarias".