Sorpresa al principio e indignación después. Éste es el sentir generalizado de los vecinos de Guardamar del Segura cuyas viviendas han sido incluidas dentro del deslinde provisional publicado en el BOP (Boletín Oficial de la Provincia) del día 27 de mayo por la Dirección General de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

Lo primero, porque nunca se habían podido imaginar que el futuro de sus propiedades, muchas de ellas casas construidas hace dos siglos y otras de reciente construcción, queden en manos de las decisiones de Costas. O bien que en terrenos urbanizables y pendientes de desarrollar no se podrá poner ni un ladrillo pese a su condición de urbanizables dentro del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de Guardamar. Lo segundo, porque sus bienes estarán, si se aprueba finalmente el deslinde, a disposición del ministerio para conceder autorización para cualquier tipo de obra de reforma.

Afectados

Domingo Verdú es uno de los afectados. Con 66 años, reside en una vivienda de la calle Colón construida por sus bisabuelos hace casi 200 años. "No estamos de acuerdo en nada con Costas y sólo queremos lo nuestro; está bien que protejan la pinada pero que no nos incluyan, y además el mar está a un kilómetro de aquí".

Aunque ni tuvo ni tiene intenciones de vender la casa de sus antepasados, asegura que con el nuevo linde el inmueble se ha desvalorizado. "Hace meses me ofrecieron por la casa 120 millones (de las antiguas pesetas) y ahora no ofrecen nada" apostilla. Su hermana asegura que "la alcaldesa no está de acuerdo con el linde y el Ayuntamiento nos va a ayudar en lo que haga falta".

Otra vecina de la calle Colón asegura que está recogiendo firmas para ir en contra del deslinde y señala que "esto es casco urbano de toda la vida, diga Costas lo que diga; no es lógico lo que quieren hacer".

Julia Valero, residente en la calle Hermanos Pinzón, un lugar también afectado por el deslinde, califica de "burrada" los propósitos de Costas. Relata que su vivienda se sitúa en un bloque de edificios de cuatro fases. Dos de ellos no están afectados, un tercero completamente y el cuarto parcialmente. Sobre lo último asegura que "hay habitaciones que están dentro del deslinde y otras no. En la misma vivienda; es ilógico".

En la calle Colón, donde se sitúa la Casa de Cultura (un edificio que sí está dentro de la línea trazada por Costas), hay otro inmueble de reciente construcción de varias alturas donde los pisos de la izquierda no están afectados por el deslinde pero los de la parte derecha sí.

Otra vecina de la calle Colón cuya vivienda es de planta baja y donde reside "desde siempre" critica que no pueda hacer lo que quiera con su propiedad. "Es mía y está en el casco urbano por lo que si quiero derribarla para construir pisos nadie me lo puede impedir; ¿Qué se han creído?; voy a hacer lo que me salga por los...".

Reuniones

Si la próxima semana los responsables del Ayuntamiento de Guardamar y la Dirección General de Costas no llegan a un acuerdo en sus reuniones previstas para que se modifique el deslinde, según anunció la alcaldesa Maryléne Albentosa, los cientos de propietarios afectados tendrán que acudir previsiblemente los días 7 y 8 de julio a la Casa de Cultura, donde se les informará con detalle del deslinde y se procederá a la delimitación física del dominio público marítimo terrestre.