"Se trata de reivindicar nuestras señas de identidad, las de Catral y las de la Vega Baja, todas muy comunes, porque las tenemos y son muy ricas", señala la presidenta de la Asociación de Investigadores "Castrum Altum" de Catral, Pura Guirau, a cuatro días de la presentación de la nueva revista del colectivo donde se aborda el privilegio de Catral de 1741, el bandolero, Jaime el Barbudo, los bautizos de Catral entre 1551-1579, la bandera, el canto-himno a Catral y los orígenes de la Banda La Constancia. Pero sobre todo destaca el estudio relativo al traje típico de Catral, uno de los más completos realizados hasta el momento, y que no sólo se circunscribe al municipio, también a toda la comarca porque, según Guirau, se trata de rasgos similares autóctonos, con influencias valencianas y murcianas que, como en tantos otros aspectos, hacen que nuestra cultura, costumbres y folclore "sean únicos". El estudio sobre el traje típico durante los siglos XIX y XX está escrito por el investigador, José María Cecilia. El documento etnológico no sólo recoge las prendas utilizadas secularmente, también el calzado utilizado, como las alpargatas con cintas blancas para las fiestas, negras para trabajar o con bordados. Los tocados utilizados por las mujeres en la iglesia o en ceremonias religiosas para cubrir sus cabezas; los peinados y adornos de la cabeza; las joyas, como el todavía utilizado pendiente de aro roscado y estrella central "de probable origen árabe" y complementos como abanicos, peineta o la fatriguera, que es una bolsa de tela. El estudio hace una detallada enumeración de las prendas femeninas: faldas, blusas, ropa interior, corpiños, mantones, o delantales. Los masculinos, camisas, zaragüelles, zahón, calzón chaleco, chupa, faja manta de lana, calcetas, capa, pañuelo, blusón o pantalón "mil rayas".