La iglesia arciprestal de San Martín, en Callosa de Segura, se cubrirá con una gran red en los próximos días como medida de precaución a adoptar cuanto antes tras la caída el pasado domingo de parte de una cornisa del campanario. Las decenas de cascotes -especialmente hormigón armado procedente de una restauración acometida en los años 60- afortunadamente, no hirieron a nadie, aunque obligaron a cortar un tramo de la calle Mayor y a cerrar las puertas del templo por el momento, según confirmó a la responsable de la concejalía de Cultura, María Dolores Martínez.

Como ya publicó ayer este periódico, el Ayuntamiento solicitó tras el desprendimiento una visita urgente a la iglesia por parte del arquitecto conservador de la Conselleria de Cultura, Santiago Varela, quien ayer acudió al municipio y, acompañado por la edil y un técnico, inspeccionó la zona en la que se produjeron los desprendimiento, al mismo tiempo que comprobó el estado de las cubiertas. Al tratarse de un edificio protegido cualquier actuación que se realice en él debe ser supervisada por la Generalitat Valenciana.

"Santiago Varela ha indicado -explicó el gabinete de comunicación del Ayuntamiento de Callosa- que, aunque no se prevén más desprendimientos, en los próximos días va a colocarse una red en la zona afectada de la iglesia mientras se llevan a cabo los informes correspondientes que llevarán consigo posteriores actuaciones". Está claro que la Conselleria de Cultura deberá invertir en una restauración de este monumento nacional, independientemente de que el Ayuntamiento de Callosa de Segura tiene previsto invertir parte de los casi dos millones que recibirá como compensación del Ministerio de Fomento por las obras del tren de Alta Velocidad y que forman parte de lo que se denomina 1% cultural; es decir, inversiones que se tienen que realizar por los ayuntamientos para la restauración del patrimonio.