Más de un centenar de padres de alumnos del colegio público Virgen del Carmen se manifestaron ayer a primera hora en el acceso principal para exigir a la administración que elimine las grandes grietas que surcan la mayoría de las dependencias del centro desde 2003. Pertrechados de cascos muchos de ellos y acompañados durante unos minutos por sus hijos, que también se colocaron sus cascos "de bici", corearon lemas como: "¡Este colegio es una ruina!" o "¡Son nuestros hijos!", durante media hora. La Generalitat se escuda para no actuar en los informes de los técnicos que dicen que las grietas no suponen peligro para la estructura del edificio.

"Uno de esos técnicos nos dijo que el edificio es como un esqueleto y los "huesos" son la estructura, y que las grietas sólo afectaban a la "piel". Y nosotros le respondimos que de la piel del colegio se caen ladrillos que pueden hacerle daño a nuestros hijos", explicaba ayer Ana María Jara, representante de la Asociación de Padres de Alumnos (APA). El colegio, explicaron los padres, tiene un problema de dilatación de juntas desde que se construyó.

"Se abre por todas partes y las grietas provocan desprendimientos", dice la APA que mantiene que aunque los técnicos certifiquen que "no se va a caer" en el colegio caen "cascotes, ladrillos y arenilla" en las aulas y otras dependencias.

Aplausos

En un gesto poco habitual en este tipo de situaciones, la directora, Dolores Sánchez Torres, salió a la puerta para realizar declaraciones ante los medios de comunicación y fue recibida con aplausos. Para ésta, "lo que ocurre es algo que se sabe desde hace tiempo. Poco a poco surgen más grietas que han sido examinadas por técnicos de Conselleria y de la empresa constructora del colegio", quienes aseguran que no existe peligro, matizó.

La directora quiso también mostrarse prudente y garantizar que los escolares, unos 470, van a seguir su actividad académica con normalidad. El profesorado y el Consejo Escolar "debemos sumar para conseguir una solución final", aclaró.

Según la APA, el delegado de Educación municipal se apresuró ayer, coincidiendo con la protesta, a anunciar que había mantenido una reunión con la dirección del centro y con el director territorial de Educación, Valero Alías, sobre este asunto el pasado jueves, e informó de otra en "breve", además de intentar rebajar la gravedad de las fisuras.

Los padres consideran que las obras para remodelar el centro no se acometen porque requieren un presupuesto elevado, para un centro relativamente moderno -se construyó en 1995-, en el que la Generalitat ha acometido recientemente la construcción de un comedor escolar de medio millón de euros, y en el que tuvo que reconstruir toda la valla perimetral tras una protesta en la que los escolares se encadenaron. "Llevan mucho tiempo dándonos largas y las grietas son cada vez más grandes, por eso hemos decidido reunirnos hoy aquí y pedir la ayuda de la prensa", aseguró Ana María Jara, quien pronosticó nuevas protestas si no les escuchan.