Juan Antonio Maciá, secretario de Industrias Afines del sindicato UGT, no salía ayer de su asombro al anunciar a los medios de comunicación que la empresa Proambiente ha despedido a cuatro de sus trabajadores inmediatamente después de que estos operarios se incluyeran en la candidatura sindical para la constitución del comité de empresa.Maciá atribuyó esta "obstrucción y persecución sindical" al polémico gerente de esta sociedad, Ángel Fenoll, quien se comporta, dijo, como un "el cacique y caudillo decimonónico de todas las orihuelas", y subrayó que el sindicato ha denunciado y seguirá denunciando los hechos ante la Inspección de Trabajo, mientras que los despedidos, algunos con diez años de antigüedad, han hecho lo propio ante el juzgado de lo Social. "El problema es el terrorismo que está imponiendo en la plantilla bajo el lema: "Si te presentas, te despido"", alertó Maciá, quien dijo que es una actitud "sancionable, no sólo desde el punto de vista laboral".

La pretensión de los trabajadores era poner en marcha un comité de empresa en Proambiente, que emplea a más de 70 personas -la empresa no facilita el censo- y que carece de éste órgano de representación sindical.

La voluntad y el dinero

El objetivo era poder renegociar las duras condiciones de trabajo que sufren, a juicio de UGT, con jornadas "abusivas" de hasta 10 y 12 horas, y que se mantienen al amparo de un convenio "de los más bajos y que no se corresponde con la actividad". Como ejemplo "de la enésima obstrucción sindical manifiesta de Fenoll, Proambiente decidió dar de baja a 70 trabajadores de la Seguridad Social en Alicante y darlos de alta en Murcia".

Ayer, en la comparecencia de prensa, estaba prevista la asistencia de uno de los afectados, Roberto Sebastián, quien finalmente no acudió. En un escrito este trabajador califica su despido como "hecho discriminatorio y contrario a derecho" y agrega que "hasta ahora hemos sido trabajadores útiles y válidos" y "no aceptamos que ya no les sirvamos por el motivo de querer dar el paso de negociar unas condiciones dignas de trabajo para toda la plantilla". Para este operario la medida es de "la empresa cree que ha conseguido su objetivo amenazando. Animo al resto de trabajadores a que no desistan de sus reivindicaciones y a que no se dejen amenazar". Según explicó este trabajador al diario ayer desde la empresa le ofrecieron una cantidad de dinero para que se retirase de la lista sindical, algo a lo que se negó. Fue despedido al día siguiente. Este diario intentó ayer en reiteradas ocasiones ponerse en contacto con Proambiente y con Ángel Fenoll.

Cambio de autonomía, según de dónde vengan los problemas

Las instalaciones de vertido con las que cuenta Proambiente están atravesadas por la frontera autonómica que deslinda la Región de Murcia de la Comunidad Valenciana. Están en Abanilla (Murcia) si los problemas administrativos, vecinales, ambientales o sindicales proceden de Alicante, y se "reubica" en La Murada (Orihuela) si estos llegan desde tierras murcianas. Administrativamente el vertedero tiene autorización para funcionar del gobierno autonómico murciano. Sobre el terreno trata la mayoría de los residuos del casi medio millón de habitantes de la Vega Baja, ante la ausencia de otras instalaciones. A la báscula acceden cientos de camiones por la carretera de Los Vives, dentro de los límites de Alicante.