El abogado oriolano José Luis Mazón va a iniciar acciones judiciales para reclamar la desaparición la Cruz de la Muela, uno de los principales símbolos que dominan el paisaje de Orihuela, enclavado desde hace un siglo en la sierra, de titularidad pública. El letrado se ampara en una nueva jurisprudencia, una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de noviembre de 2009, conocida como "sentencia de los crucifijos", que condenó al estado italiano por violación del derecho a la libertad religiosa porque permitir el uso de espacios públicos para colocar símbolos de una confesión religiosa.

Mazón, presidente de la Asociación Preeminencia del Derecho abre así otro frente contra los monumentos de culto religioso católico instalados en suelo público, como ya lo hiciera días pasados con la petición de desmonte del Cristo de Monteagudo, de Murcia, contra el que ya ha presentado un recurso contencioso administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El sábado pasado mil personas se manifestaron en defensa de ese símbolo en Murcia. A Mazón le parece "muy bien" que "los símbolos religiosos estén los lugares de culto, en tu coche o en tu casa, pero éstos, que no son obras de arte, están ocupando un lugar y suelo público".

En la tarjeta de presentación de este letrado oriolano están causas como la que acabó apartando de la carrera judicial al conservador juez Ferrín Calamita por frenar el proceso de adopción de una pareja homosexual. También ha propiciado una investigación del Tribunal de Cuentas sobre el dinero destinado para que el Congreso americano diera una medalla a Aznar. O la que terminó condenando en 2000 al presidente del Constitucional y a diez magistrados, a pagar una indemnización por archivar un recurso sin examinarlo.

Igualmente, denunció el cobro de cursos por el juez Garzón en Nueva York.

Siete toneladas en hierro a 462 metros de altura

La actual cruz se ubicó sobre el monte que le da nombre, La Muela (462 metros de altura), en junio de 1985. Realizada en hierro galvanizado, tiene catorce metros de alto y ocho metros de cruceta. Está situada sobre una peana de otros dos metros. El conjunto pesa casi ocho mil kilos, según señala el cronista oficial de Orihuela, Antonio Luis Galiano, en un ensayo histórico sobre este monumento.

Aunque existen referencias muy antiguas, la cruz como tal domina el horizonte de la huerta y el casco urbano de Orihuela de forma casi ininterrumpida desde principios del siglo XX. La cruz original fue derribada durante la Guerra Civil y repuesta de nuevo en 1942. En la madrugada del día de Año Nuevo de 1985 la base fue aserrada en un acto cuya autoría nunca pudo ser aclarada y de ahí el origen de la actual. Al margen de su simbología religiosa forma parte de la estampa que identifica a Orihuela junto al seminario de San Miguel, y el sendero para alcanzar la cumbre donde se emplaza es muy popular entre los deportistas de la Vega.

El origen histórico de la actual cruz se sitúa, según las mismas fuentes, en el viaje que San Vicente Ferrer realizó a Orihuela en febrero de 1411 y al que se le atribuye una primera colocación.