El portavoz de Pro-Río de Orihuela, José Antonio Muñoz, considera que la situación del río "ha cambiado bastante en los últimos años, negarlo es ridículo", aunque considera que existen "puntos negros". Es el caso del Reguerón, "cuya agua a pesar de que ha mejorado siegue siendo mala", o del casco urbano de Orihuela, por culpa de lodos acumulados a los que "nadie da soluciones; el río sigue oliendo en este lugar, menos mal que casi siempre hay una lamina de agua que lo cubre". Al respecto indica que hace dos años y medio la corporación municipal de Orihuela aprobó con gran consenso constituir una comisión de seguimiento del río para abordar este asunto pero "ni siquiera se ha reunido".

Entre las mejoras detectables en el río destacan las del azarbe de Los Giles, "donde es una maravilla volver a oir ranas y ver las algas verdes". También, aguas arriba del casco urbano de Orihuela y abajo donde "se pesca y algunos se comen los peces".

Mucho ha cambiado la situación del cauce, admite, y "es innegable" que una de las razones fundamentales para que ello ocurriera fue que toda la comarca de la Vega Baja se movilizó a finales de los años noventa con 12.000 manifestantes en Madrid o 40.000 en Murcia, indica. "No se podía tolerar que la ciudad de Murcia no tuviese depuradora", lamenta Muñoz Grau.

Contaminación a la baja

La mejora de las aguas del Segura queda constatada por los análisis que periódicamente realiza la Comisaría de Aguas de la CHS, que "confirman el continúo descenso de la contaminación orgánica", sobre todo en el curso bajo. Ha disminuido de 75 a 4 miligramos de suciedad por litro (mg/l) en el caso de Orihuela entre los años 2000 y 2009, mientras que en Rojales la contaminación orgánica es en estos momentos de 5 mg/l. Los datos máximos se registraron en 1989, cuando alcanzaba 45 mg/l.

Estos datos reflejan que apenas se supera el umbral de los 3 mg/l, a partir del cual se considera que existe contaminación orgánica apreciable.