La Guardia Civil y la Policía Local de Orihuela detuvieron ayer a once personas, todas de nacionalidad argelina, que llegaron de madrugada a la costa del sur de Alicante a bordo de dos pequeñas pateras que abandonaron en Cabo Roig, y presumiblemente eran las mismas que se buscaban con medios aéreos el día anterior en la costa norte de Cartagena.

Los inmigrantes ilegales fueron sorprendidos sobre las 7.30 por una patrulla de la Policía Local de Orihuela entre las urbanizaciones de Cabo Roig y La Zenia. Al intentar ser identificados emprendieron la huida a pie. Tras una persecución fueron arrestados seis de ellos. Portaban teléfonos móviles, iban con la ropa mojada y la cabeza y otras partes del cuerpo embadurnadas de crema para protegerse del sol. Poco después fueron detenidos otros cinco hombres de la misma nacionalidad tras una operación conjunta entre la Guardia Civil y Policía Local.

El estado de salud de todos los detenidos es bueno y al parecer no figura ningún menor entre ellos. Tras ser arrestados los argelinos fueron trasladados hasta el cuartel de la Guardia Civil de Pilar de la Horadada, donde se les efectuó un reconocimiento médico. A primera hora de la tarde de ayer fueron conducidos a la Comisaría de la Policía Nacional de Orihuela para iniciar los trámites para la devolución a su país de origen.

El delegado del Gobierno en la Comunidad, Miguel Peralta, señaló que las dos barcas halladas son "seguramente" las que se buscaban en el jueves en alta mar. Además de los inmigrantes detenidos, se buscan a 4 o 5 más.

Algunos investigadores sospechan que un barco nodriza que navega por aguas del Mediterráneo está dejando a lo largo del litoral español barcas cargadas con inmigrantes, ya que ayer en otros puntos también aparecieron como fue el caso de la costa de Almería, Murcia y Granada. Unidades de Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Policía Local y Cruz Roja mantienen abierto un dispositivo de vigilancia y rastreo con el objeto de localizar a más personas que hubieran podido viajar en las embarcaciones y descartar que algunas de ellas pudiera haber fallecido.

Las dos embarcaciones halladas fueron trasladadas por la Guardia Civil hasta la Marina Salinas de Torrevieja. En su interior había bolsas de ropa y restos de comida. Las barcas contaban con dos pequeños motores fueraborda de 15 caballos. Una había sido localizada varada y la otra a la deriva. Con una eslora de 5 metros, ambas presentaban unas condiciones muy precarias para la navegación. Son de fibra de vidrio y una de ellas se hundió poco antes de llegar a la costa.

Rádar fijo y "pasota"

Ante este nuevo episodio de llegada de pateras a las costas alicantinas, el conseller de Inmigración, Rafael Blasco, tildó de "pasota" la política del Gobierno central en materia de vigilancia de costas ante la inmigración ilegal y reclamó la puesta en marcha de radares fijos. "Es necesario que el Gobierno se tome en serio estas situaciones, pues se trata de auténticas tragedias humanas", indicó. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, reforzó el tono de esta crítica para lamentar que la Comunidad "se sitúe como puerta de entrada de inmigrantes ilegales desde 2007". Tras asegurar que "la llegada de estas últimas pateras" avala la demanda del Consell de aumentar los medios del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), y denunció que "no hay radares fijos funcionando, pese a anunciarse hace año y medio, y tampoco se han ampliado los radares móviles". Uno de los citados radares fijos está situado muy cerca de donde arribaron las pateras ayer, en la zona de La Zenia

En esta nueva espiral de declaraciones, la subdelegada de Gobierno Encarna Llinares replicó a los cargos del Consell ayer que el sistema de vigilancia desplegado para la localización de las embarcaciones con inmigración ilegal detectadas al sur de la provincia "ha funcionado correctamente. Lamentó "la demagogia del PP" en materia de inmigración y recordó que el Gobierno aprobó el despliegue del SIVE en Alicante antes de la llegada de las primeras pateras al litoral provincial. La subdelegada abundó en este argumento asegurando que "el despliegue del SIVE en Alicante está muy avanzado, estará operativo antes de final de año y contribuirá a un mayor control para frenar la inmigración ilegal, las redes mafiosas y el narcotráfico".