¿Cómo se ha planteado usted la representación de Agnes de Dios?

Me he decantado por encaminar la trama hacia el lado del conflicto de género, que también plantea la función. Los personajes de Agnes de Dios me interesaron, más que como doctoras o religiosas, como mujeres. Son tres personas en lucha tratando de permanecer aferradas a su identidad por ser mujeres.

¿Qué perfiles representan las tres mujeres de la obra?

La psiquiatra es una persona que intenta sobrevivir en un mundo de hombres, defendiendo a ultranza la razón como motor vital, y combatiendo y odiando todo aquello que pertenece al terreno de lo irracional. La madre superiora está aferrada a la esperanza de que existan los milagros como vía de escape frente a la crueldad del mundo. Y Agnes es una pobre niña que no ha crecido, a la que se le ha negado su derecho a ser mujer con el resultado de convertirse en víctima de las dos posturas enfrentadas.

¿Cuántas personas están implicadas en la representación?

Tenemos a tres actrices en los roles protagonistas: Pepa Antón en el papel de la doctora Martha Livingston, Ascensión Perona como la madre Miriam Ruth y Rosana Esclapez es Agnes. Además intervienen Diego Cortés y Silvia González como servidores de escena. Y contamos con la colaboración de Rafael Lucas Vaquero, que pone el sonido de su violonchelo, interpretando la música en directo.

¿Y fuera del escenario?

Natividad Calleja es la ayudante de dirección, Mariló Berenguer lleva la producción, Gorka Miguel es el director técnico, Juan Lledó es responsable del espacio sonoro y Juan Antonio Cortés es el regidor técnico. Todos estos responsables de la parte técnica y artística son personal del Taller de Imagen de la Fundación General de la UA.

¿Qué esperan trasmitir al público universitario con esta obra?

Creo que la función, a pesar de estar escrita en los años 80, está plenamente actualizada. Plantear el conflicto que surge cuando se enfrentan posiciones vitales racionalistas con otras más cercanas a lo espiritual o a la fe es algo cercano, que implica a cualquier ser humano, sea cual sea su ideología o su filosofía de vida. Aprender a pensar y al mismo tiempo, defender con uñas y dientes aquello en lo que creemos son las dos ideas que Agnes de Dios lanza al público.

¿Cómo surgió el proyecto teatral?

Llevo muchos años dedicados al audiovisual trabajando en proyectos institucionales para la UA. Cuando me llegó la oportunidad de trabajar haciendo los audiovisuales de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida por Eduardo Vasco, se abrió delante de mí la puerta para tomar contacto con la disciplina teatral y ampliar mi visión acerca de todas las partes que intervienen en el hecho de las artes escénicas.

¿Por qué eligió Agnes de Dios?

Porque soy muy consciente de los recursos materiales con los que iba a poder contar. Al mismo tiempo, era un texto que me permitía un trabajo intenso en cuestiones como dirección de actrices, dramaturgia y puesta en escena. El resto de recursos que requiere este texto es reducido y el número de personas con el que tenía que contar también era mínimo.

¿Cómo han sido estos últimos días de preparativos para el estreno de esta tarde en el Paraninfo de la UA?

Pues como en cualquier estreno. Solo las personas que se dedican a este mundo saben la vorágine de nervios y de trabajo que preceden a un estreno. Sobre todo cuando los recursos son escasos y todo se resuelve con buena voluntad y ganas de hacer bien las cosas por parte del equipo de trabajo.

¿Es la primera vez que se enfrenta a la dirección de una obra de teatro?

Es mi primer trabajo teatral. Ascen, la actriz que interpreta a la madre Miriam me dice siempre: "Fer, es que es como si hubieras querido empezar una carrera de músico interpretando la Valkiria de Wagner..." y no le falta razón. Sin embargo, mi intención al elegir Agnes de Dios, era la de trabajar de tú a tú, íntimamente, con actrices. Batallar en busca de la forma con la que obtener éxito en la plasmación de todos los sentimientos que se encierran en este texto tan complejo. Si hubiera querido otra cosa quizás hubiese elegido un sainete de los Quintero o me hubiera lanzado a versionar Mamma mia (ríe).

¿Qué resultados espera conseguir con esta experiencia en el teatro?

No se cuál será el resultado para el público, pero yo estoy mas que satisfecho por haber conseguido lo que pretendía. He aprendido, he crecido como director y he ampliado mi capacidad creativa y resolutiva de los problemas que surgen día a día en un medio tan complicado como es este. Algo que desde luego voy a poder aplicar a mi trabajo diario como realizador de audiovisuales para la empresa en la que trabajo.