A sus 40 años Raúl Ruiz Callado se ha convertido en el primer decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la rama de Sociología que se integra en este centro junto a Economía, ADE, Trabajo Social, Turismo, Publicidad y Relaciones Públicas.

Una facultad con grados tan diversos debe ser compleja de gestionar, ¿cómo afronta el reto?

Es un centro relevante en su tamaño, tanto en volumen de alumnos como de profesores. Además de las titulaciones nombradas tenemos los dobles grados de Turismo y ADE y el de Ingeniería Informática y ADE, así como los másteres y posgrados. Afronto el reto con responsabilidad, ilusión y muchas ganas de trabajar y entendiendo que soy el decano de todos porque es una facultad muy amplia y diversa, con distintas sensibilidades y hay que escuchar a todos. Es un reto pero también un privilegio.

¿Cuáles serán las principales líneas de actuación?

Estoy acompañado por un equipo de doce vicedecanos y coordinadores que apostamos por una proyección social de la facultad, políticas de igualdad, prácticas externas y relaciones con la empresa, empleabilidad, responsabilidad social e innovación, entre otras. Y por velar por la máxima calidad en la docencia e investigación, así como la internacionalización que es fundamental. Tenemos la ventaja de la cohesión interna y un equipo equilibrado con mucho talento que aúna juventud y experiencia. Tengo que agradecer la labor de mis predecesores Natalia Papí, que estaba en funciones y continúa en el equipo, y de Juan Luis Nicolau que es un ejemplo y ha dejado muy alto el pabellón.

En el programa destaca la apuesta por la internacionalización y los dobles grados, ¿tiene perfilado algún plan concreto?

Los dobles grados internacionales son un objetivo estratégico, pero no queremos ampliar por ampliar, sino hacerlo con universidades de prestigio académico. Tenemos ya un doble grado internacional con la Northwestern University de EE UU y firmaremos convenios no sólo con el mundo anglosajón, sino en el resto de la UE, Asia, América Latina y norte de África. La idea es ampliar a medio plazo. Pero también tenemos el programa internacional de verano y los cursos en otros idiomas.

También incluye las prácticas externas de los alumnos.

Fuimos de los centros pioneros en impulsar prácticas curriculares, queremos potenciarlas y velar por su calidad. Vamos a retomar los premios a las empresas e instituciones colaboradoras. También fomentar las prácticas internacionales en la UE y fuera.Queremos consolidar iniciativas como los desayunos con empresarios, las visitas a empresas y potenciar a los Alumni, que puedan ser mentores para los estudiantes. Hay que cuidar a los alumnos desde que llegan y que cuando salgan no se olviden de la facultad.

Siempre se habla de la desconexión entre la universidad y lo que demandan las empresas, ¿cómo se puede solucionar?

Todos tenemos que hacer un esfuerzo importante. De ahí que la proyección social de nuestra facultad sea fundamental. Nuestros estudiantes se enfrentan a la realidad cuando salen y tenemos que tener una conexión directa con las empresas y las administraciones, saber qué demandan y adecuar los estudios de grado y los perfiles de egresado, que tengan las habilidades y conocimientos necesarios. La interlocución con los agentes sociales y económicos de la provincia debe ser continua. Para ello hay que abrir las puertas de la facultad de par en par y si eso no es suficiente, este decano y su equipo tocarán a sus puertas. También es muy importante fomentar el espíritu emprendedor. Formamos talento y está bien que ese talento salga fuera pero nuestra responsabilidad social es que retorne y repercuta positivamente en la provincia y crear una sociedad mejor a nivel individual y colectivo.

Como sociólogo, ¿cómo ve el futuro de la generación que ahora está en las aulas?

En contra de una visión más extendida de lo que me gustaría en el sentido de que se habla de que tenemos una juventud pasiva y poco participativa, yo año tras año descubro talento en el aula. Nuestra función como docentes es impulsar ese talento, descubrirlo e instigarlo. Si creemos en lo que hacemos y en el potencial de nuestros alumnos tenemos que darles un voto de confianza. Tienen ganas de participar y de aportar. Pasar por la universidad te cambia, te curte, deben aprovechar los recursos. Hay que entender a esta generación en su contexto, debemos introducir herramientas tecnológicas en las clases.

¿Y el hecho de que los mayores estén saliendo a la calle para reivindicar sus pensiones?

Hay que dignificar las pensiones, una sociedad que no cuida y reconoce a sus mayores deja mucho que desear. Tiene que haber voluntad política para resolverlo. Economistas y sociólogos plantean alternativas que deben ser escuchadas para conseguir la viabilidad del sistema. El envejecimiento de la sociedad se percibe como un problema, pero ha sido un gran éxito democratizar la supervivencia gracias a la universalización de nuestro sistema público de salud.

Con la crisis el trabajo de los economistas y los sociólogos ha quedado algo denostado.

Hacemos predicciones realizando una foto fija y proyectándola en el futuro, por lo que siempre puede haber cierto margen de error pero considero que tenemos que escuchar más a los economistas y a los sociólogos y muchos de los problemas se minorarían. No creo que su trabajo esté denostado, pueden aportar mucho para prevenir situaciones de crisis y para ofrecer alternativas.