Juan Mesa revalida su cargo al frente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alicante, al resultar ganador en los comicios celebrados el pasado 15 de diciembre en los que, de los 189 votos emitidos, 131 han sido favorables y 58 en blanco, lo que demuestra el amplio respaldo de la Facultad hacia la candidatura de Mesa y su completo equipo.

¿Cómo afronta su segundo mandato?

Un segundo mandato, contando con el respaldo del centro, sólo tiene un hecho diferencial en relación con el primero: experiencia. La mía y la de todo el equipo que me acompaña, puesto que la energía, el compromiso, el trabajo, etc. se mantienen intactos y renovados. Y justamente todo ello debe contribuir a alcanzar con garantía los objetivos que nos hemos propuesto. Éstos se articulan en torno a tres ejes esenciales: mantenimiento de la esencia de nuestros estudios (vinculados a las Humanidades, sin duda, pero también al de las Ciencias Sociales, como el Turismo o los estudios de Geografía y ordenación del territorio); colaboración con los demás centros de la Universidad de Alicante en una formación universitaria integral; y mantener e incrementar nuestro compromiso con la sociedad y la empresa, donde la aportación de los estudios de Filosofía y Letras están recuperando el reconocimiento que, es nuestra opinión, no deberían haber perdido.

¿Cuáles son sus principales apuestas?

A partir de los tres ejes mencionados, cada vicedecanato se ha fijado un objetivo principal, además de otros secundarios y las acciones correspondientes. Estos son la acreditación de nuestro Sistema Interno de Garantía de Calidad; creación de una Comisión de Diversidad Afectivo-sexual e Identidad de Género; que cada título de grado de la Facultad ofrezca al menos un acuerdo de doble titulación internacional; desarrollar un Plan de Comunicación interno y externo; desarrollo de un programa de docencia on-line, especialmente en las titulaciones de Máster Universitario; puesta en marcha de un Programa del Fomento del Emprendimiento y de la Inserción Laboral; dotación o aprovechamiento de infraestructuras docentes avanzadas (Laboratorio de Interpretación, de Fonética y Logopedia, etc.); o desarrollo de acciones con los centros de Secundaria y Bachillerato.

¿Por qué sigue siendo útil para los jóvenes el estudio de Humanidades?

Responderé de modo muy directo: porque nunca ha dejado de serlo, ni puede dejar de serlo. ¿Puede renunciar el ser humano a las humanidades? Obviamente no. Más aún, si entendemos por utilidad la formación de ciudadanos libres, cultos y capaces de razonar de manera crítica y autónoma, no cabe ni hacerse la pregunta. Si, al igual que los países más ricos y productivos, se destinara un esfuerzo de inversión a la investigación básica y su transferencia a la aplicación, desde el convencimiento de que son ricos y productivos gracias a ello, cuestionar el papel de la filosofía o de las matemáticas, de los estudios clásicos o de la física teórica carecería de sentido. Ahora bien, si, desde la identificación de utilidad con salidas profesionales, se cuestiona la importancia para nuestra sociedad de arqueólogos, historiadores, traductores, profesores, intérpretes, críticos, guionistas, editores, agentes de desarrollo, guías turísticos, mediadores lingüísticos y culturales, climatólogos, geógrafos y un largo etcétera de profesiones a las que se accede desde las titulaciones de la Facultad de Filosofía y Letras, ¿cabe alguna duda de por qué siguen siendo útiles nuestros estudios?

¿Cómo destaca el nuevo concepto que se le está dando a las Humanidades?

Para empezar, debo destacar que no es tan nuevo. Retomo así la idea anterior: un concepto inadecuado de utilidad, o más bien exclusivamente crematístico, propició un distanciamiento entre “Ciencias” y “Letras”, tendiendo a la eliminación de los saberes humanísticos en los primeros y a someter a los segundos a un permanente esfuerzo por justificarse y sobrevivir; por no hablar de cierta consideración social negativa nunca superada plenamente en nuestro país. Esa división tan radical como ficticia se ha mostrado perniciosa en la crisis con la que ha arrancado este siglo XXI, puesto que se ha pretendido un crecimiento exponencial continuo sin el freno ético ni la clave de comprensión que suministra la formación humanística. Así lo han denunciado voces tan autorizadas como Amelia Valcárcel o Mary Beard, así lo está entendiendo el mundo empresarial -la poesía ha irrumpido en las Escuelas de Negocios-, o lo ponen de relieve estudios de neurociencias al analizar la mayor capacidad de empatía si se tiene formación humanística, tal como subraya el número de este mes de National Geographic. En suma, se está recuperando la concepción por la que “Ciencias y Letras” son caras de una misma moneda. Y ello también condiciona los estudios de Filosofía y Letras, puesto que, sin renunciar a sus fundamentos, deben adaptarse al objeto desplegar todo su potencial en cualquier ámbito social, cultural o empresarial.

¿Qué salidas profesionales se abordan desde la Facultad para los egresados de Humanidades?

Antes he realizado una enumeración de salidas profesionales. Nuestra Facultad ha dedicado un gran esfuerzo a crear espacios de encuentro entre nuestro alumnado y los profesionales, así como a propiciar las mejoras de nuestros planes. Todo ello, una vez acreditados con éxito todos nuestros títulos, será incrementado en los próximos meses, al igual que la formación e incentivación de nuestros estudiantes hacia el emprendimiento y la colaboración con compañeros de otras disciplinas. La clave del éxito reside en la transversalidad y en la formación de equipos en los que nuestros egresados no deben faltar y, en no pocas ocasiones, pueden liderar.

¿La internacionalización?

Me pregunta por un aspecto en el que las cifras de la Facultad de Filosofía y Letras son especialmente buenas, tanto por el alumnado que enviamos a estudiar a universidades extranjeras como por el que recibimos, por la movilidad de nuestros profesores e investigadores, o las relaciones establecidas por el centro. Vivimos en una era global que no se entiende sin estas relaciones. El horizonte ideal al que pretendemos tender es el de que la totalidad de nuestros estudiantes cursaran al menos un semestre en el extranjero, que todas las titulaciones ofrezcan, fruto de ese intercambio, la posibilidad de obtener una doble titulación internacional, como ya ofrece la Facultad en estos momentos en el Máster de Traducción Institucional con Lyon, o en el Plan doble de Grado y Máster en románicas con la Universidad de Bamberg, que se inicia este curso.

¿Qué valor añadido tienen los alumnos que se decantan por estos grados?

En primer lugar, debo decir que los grados de Filosofía y Letras tienen valor por sí mismos, como lo tienen todos y cada uno de los grados de la Universidad de Alicante. En segundo lugar, todos ellos aportan la formación humanística a la que me he ido refiriendo: son las ciencias de la memoria, de la lengua y la literatura, del territorio y el paisaje. Finalmente, si lo que se pregunta es qué aportación suponen dichos estudios en ámbitos que tradicionalmente no aparecen asociados a ellos, apuntamos dos: la perspectiva de que el ser humano ha de ser la preocupación permanente con todo lo que ello implica; y el desarrollo del pensamiento lateral, es decir, la capacidad de proceder a la resolución de problemas de manera imaginativa y creativa.

¿Qué importancia y ventajas tienen los dobles grados y las "pasarelas" ("más o menos" son estudios simultáneos de dos o varias filologías o de filologías y grados de maestro)?

El Espacio Europeo de Educación Superior, al definir el concepto de reconocimiento de competencias y desechar el de convalidación, propicia la simultaneidad de estudios. Este es el principio básico que favorece la movilidad internacional y también la obtención de dobles titulaciones. Quiero aclarar que en la práctica una doble titulación y un estudio simultáneo se diferencian exclusivamente en que en el primero los alumnos son un grupo independiente, mientras que en el segundo comparten aula con aquellos que no cursan dos títulos a la vez. Sin duda se trata de una gran oportunidad para obtener más de una titulación con un menor coste de tiempo, aspecto en el que nuestra Facultad fue pionera ya en los últimos años del pasado siglo, puesto que, solventando los problemas existentes entonces, ofreció el cruce entre las extintas licenciaturas en Filología. Esta posibilidad se ha mantenido y ofrecemos los itinerarios que permiten cursar estudios simultáneos en el ámbito de las lenguas y las literaturas (Inglés, Francés, Catalán, Español y Árabe), la posibilidad de que los futuros egresados en Educación Primaria simultaneen sus estudios con los de Filología Catalana o Humanidades, o estamos ultimando el proyecto, que deberá implantarse el curso próximo, de simultaneidad entre nuestros másteres y el Máster en Profesorado.