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Ethel Bonet: «Cubrir una guerra ahora es low cost»

«Si vas por libre los medios no te pagan ni el billete», afirma la periodista alicantina

Ethel Bonet: «Cubrir una guerra ahora es low cost»

¿Cuándo y cómo decidió ser corresponsal de guerra?

Estudié Filología Árabe, Oriente Medio siempre me ha atraído. Ni siquiera a día de hoy me considero corresponsal de guerra, yo cubro Oriente Medio y desgraciadamente allí lo único que hay son guerras. Más que por vocación es por la zona en la que vivo, pero me siento a gusto. Te das cuenta de que eres capaz de todo aunque no hayas hecho cursos de supervivencia.

Antes era una parte de la profesión bien considerada y bien pagada, ¿Cómo es ahora la situación?

Ahora mismo las guerras son low cost. Por ejemplo, en Siria si cubrías la parte del régimen, la información era sesgada y te la revisaban antes de enviar, así que muchos periodistas entramos de forma ilegal por Turquía o Líbano y eso tenía un coste importante en seguridad con todas las milicias y grupos armados por allí. Siria empezó a resultar cara y los medios no quieren invertir. Incluso se ha jugado sucio en el sentido de que para no incentivar los secuestros no compraban nada cuando estabas dentro, sino cuando estabas sano y salvo fuera del país. Si eres freelance tienes que juntarte con otros compañeros, si no sale carísimo.

Así que el chaleco antibalas corre por cuenta del periodista.

Sí, el material te lo pagas tú. Ya no se invierte y si vas por libre no te pagan ni el billete. Antes de salir vendo el «pack», hago números y veo si me compensa. Yo tengo un fijo con un medio y el resto voy por libre a lo que me interesa.

¿Ha pasado alguna Navidad en zona de conflicto?

No. Una vez sí tuve que irme antes de lo previsto porque mataron a Benazir Bhutto un 27 de diciembre en Pakistán y me fui allí. Nunca he sacrificado las Navidades y no lo haré a no ser que sea por algo muy necesario.

¿Se puede celebrar algo en esas circunstancias?

Sí, ese año celebramos Nochevieja seis o siete periodistas españoles con chupitos de whisky a modo de uvas a las 4 de la mañana siguiendo Televisión Española.

¿Qué escenario le ha impactado más?

Siria, aunque en el fondo me esperaba la destrucción que vi. El momento que más me ha impactado en realidad fue en un viaje que realicé a Nigeria con mi compañero fotógrafo. Fuimos los primeros occidentales en entrar al estado de Borno, la cuna de Boko Haram, y vimos un poblado totalmente calcinado, aún humeante, y una mujer medio desnuda se nos abalanzó al coche con los ojos desencajados. Cuando estás en mitad de una guerra esperas bombardeos y disparos pero aquello fue distinto.

Tras recuperar el territorio que dominaba el EI en Siria, ¿cuándo volverá la normalidad?

En Siria hay dos guerras. El EI vino después. La revolución para derrocar a Al-Assad se complicó por intereses regionales e internacionales y armó a todo el mundo. Al-Assad va a seguir siendo el presidente porque tampoco ha habido alternativa, la oposición está totalmente dividida, a un grupo le paga Qtar y a otro Arabia Saudí. La gente en Siria lo que quiere es estar tranquila. Yo creo que Siria nunca va a volver a ser lo que fue, veo un estado fallido como Irak.

¿Cómo afectará la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital israelí?

En otro momento, sin tantas guerras en la región, habría saltado el conflicto inmediatamente, pero ha habido muchas bajas en Siria de grupos armados. Además, de momento es una decisión unilateral y aún no se ha construido la embajada americana en Jerusalén. Consecuencias habrá, yo ya me estoy preparando por lo que pueda venir. Es necesario mantener la inestabilidad en la zona para poder seguir vendiendo armas y negociando el petróleo y el gas. Las primaveras árabes nacieron por motivos económicos, se han reestructurado las riquezas naturales de los países.

¿No han servido en ningún país?

El caso más real de la Primavera Árabe es Túnez, con sus problemas, pero al menos ha habido diálogo y hay un Parlamento. En Egipto era muy complicado, aparte de un país tercermundista, lo único que conocen es al dictador o a los Hermanos Musulmanes. Les dieron la opción de votar y votaron a los Hermanos Musulmanes. El experimento ha sido de prueba-error y han ido de mal en peor. En Siria ya vemos qué ha pasado y en Yemen la solución al final era que volviera el presidente que se marchó con las revueltas y volverá su hijo, así que más de lo mismo y con una crisis humanitaria brutal. Libia es otro estado fallido tras Gadafi.

Parece que a nadie le importa lo que ocurra en Yemen o Libia...

Me sorprende que no se haya metido mano a Libia. En Yemen es verdad que como no tienen nada a nadie le importa mucho. Yo quise ir a cubrirlo con Antonio Pampliega, Ángel Sastre y José Manuel López pero era un viaje muy rocambolesco saliendo desde Yibuti en un barco con vacas y cruzar una zona controlada por Al Queda y al final no fuimos. Entonces ellos decidieron ir a Siria y fue cuando les secuestraron. Yo ya había decidido no volver a Siria porque ya habían secuestrado a otro amigo, Ricard García Vilanova.

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