Su vicerrectorado aúna Campus y Tecnología. ¿Significa eso que el desarrollo de las instalaciones y el progreso tecnológico deben ir de la mano?
Sí, hay que desarrollar ambos aspectos a la vez. La tecnología debe dar soporte al proceso educativo y al día a día del campus, tanto desde un punto de vista docente como del de la investigación. No entramos en los procesos, pero sí es nuestra obligación poner a disposición de la comunidad universitaria la tecnología que necesita en su día a día.
¿Cuáles han sido los últimos avances tecnológicos implantados en la actividad cotidiana?
Tenemos el proyecto «Campus Inclusivo, Campus Accesible», para docentes y alumnos con diversidad funcional. El Aula Tecnológica se está dotando de recursos para impartir o recibir docencia en condiciones adecuadas. Además, estamos introduciendo tecnologías táctiles en el aula, y la domotización de las instalaciones para lograr el mayor ahorro energético posible. En esta línea, contamos con el proyecto Smart University, gracias al cual queremos tener la máxima eficiencia en el consumo de agua o electricidad.
¿En qué momento está ahora la expansión del campus?
Ha finalizado ya la urbanización del anillo exterior de la fase de expansión, la del Parque Tecnológico, y ahora se está ya con el interior. Se dará continuidad al paso construido bajo la A-77 con un camino recto para peatones, ciclistas y tráfico rodado restringido; para el resto de vehículos el tránsito se hará a través de una ronda circular, como en la zona principal del campus. Asimismo, en breve se pondrá en marcha el edificio de Institutos, y antes de final de año se quiere presentar el proyecto de un nuevo edificio de 22.000 metros cuadrados para las empresas de base tecnológica.
¿Se prevé mejorar la conexión de la Facultad de Educación con el resto del campus?
Hay un proyecto para hacer una pasarela, que está a la espera de alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig. Queremos que se pueda llegar hasta allí sin que se tenga la sensación de salir del campus.
¿Cómo van las obras de remodelación de edificios y espacios?
Los pabellones antiguos, anteriores a la propia creación de la Universidad, necesitaban una remodelación integral, entre otras cosas porque ya no se adaptaban a la normativa vigente. Uno albergará Alumnado, como antes; el segundo, el área de Relaciones Internacionales, y el tercero se dedicará a colecciones naturales. Queremos que la zona más antigua de la Universidad nos recuerde nuestra historia, que sea singular, pero también que sea funcional. Y, por otra parte, estamos remodelando por fases el anfiteatro del Aulario II. Junto con eso, antes de final de año queremos sacar a licitación la reforma del edificio del Colegio Mayor, que ya no tiene uso residencial, para ubicar allí la Facultad de Ciencias de la Salud.
La abundancia de zonas verdes es uno de los aspectos mejor valorados del campus...
Reflejan el modelo de campus que queremos, un entorno amigable, cálido y saludable. Hay que mantener la idea de que el campus se vive y se disfruta, que es en sí mismo un espacio lúdico. Invita a venir a estudiar o trabajar con otro punto de vista, y vamos a seguir apostando por ello.
¿Hay algún plan para mejorar accesos y movilidad interior?
Hemos encargado un estudio de movilidad, a desarrollar en varias fases. En la primera se han hecho más de 4.000 encuestas; ahora se están proponiendo líneas de actuación y a principios de noviembre tendremos esas ideas. La llegada del tranvía ha descongestionado el campus y el parking situado tras el edificio IV de la Escuela Politécnica siempre tiene bastantes plazas libres. No obstante, queremos mejorar más e impulsar medidas como compartir coche para venir hasta aquí.
