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Los secretos de la galénica

Alumnos de Farmacia realizan fórmulas magistrales que les sirvan de base aunque en las boticas van a menos

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Taller de galénica en el Congreso de Estudiantes de Farmacia de la UMH

Zinc piritiona, urea y detergente para realizar un champú anticaspa; azúcar, agua y extracto de eucalipto para formular un jarabe antitusivo y agua con grasa para crear una crema hidrantante. Estos fueron los tres productos que un total de 24 alumnos de Farmacia de la Universidad Miguel Hernández (UMH) aprendieron a formular en un taller organizado con motivo del XIII Congreso de Estudiantes de Farmacia de Alicante que se ha celebrado estos días en la Casa de Cultura de Sant Joan y en la propia facultad.

«La asignatura de galénica que es la ciencia que se encarga de estudiar todas las fórmulas farmacéuticas se empieza a impartir en tercero pero el taller estaba abierto a alumnos de todos los cursos, así que empezamos por las fórmulas más básicas», explica la profesora encargada del taller, Amelia Ramón. «Saber formulación es la base del oficio, deben aprender los principios activos, los excipientes, las cantidades y la forma de elaborar desde cremas hasta cápsulas o supositorios», afirma esta profesora.

Así, el laboratorio de la facultad se convirtió en una especie de cocina donde mezclar en su justa medida cada elemento de la fórmula para conseguir el producto deseado, en el que, como comprobaron los participantes, también cuenta mucho la forma de prepararlo. Triturar el azúcar para el jarabe hasta que quedara como polvo de talco les llevó su tiempo.

Aunque este tipo de formulación es la base de la farmacia lo cierto es que, según indica Ramón, cada vez se practica menos en las boticas. «Los requisitos para tener un laboratorio son muy exigentes por lo que cada vez son menos las farmacias que lo montan. Lo que se suele hacer cuando algún cliente pide una fórmula magistral es pedírsela al Colegio Oficial de Farmacéuticos que sí dispone de laboratorio», explica.

«Al final la petición suele venir con prescripción médica y hoy en día las casas comerciales venden de todo, así que lo normal es que se receten sus productos», añade. «Pero para trabajar en un laboratorio de una industria la galénica es indispensable aunque en lugar de artesanal la producción sea industrial. Y en los hopitales también realizan fórmulas con frecuencia», advierte la profesora.

En las farmacias lo que más se suele pedir son fórmulas de cosmética como cremas, principalmente las personas que sufren alguna patología cutánea, o tratamientos capilares.

Los alumnos disfrutaron entre principios activos, morteros y tubos de mezcla. Como Jorge Moreno, en quinto curso, que valora muy positivamente la experiencia. «Es un preparado personalizado y tienes que saber cómo prepararlo. Hay hasta cinco grados distintos de dificultad dependiendo de la fórmula. Existe un libro oficial con todas las fórmulas magistrales, sus ingredientes y su preparación pero tienes que tener la base para poder realizarlas», afirma este estudiante, al que le «encantó» la forma en la que se desarrolló el taller de galénica.

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