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El campus de Sant Joan, muy mal en transporte

La escasez de conexiones en autobús obliga a muchos estudiantes a moverse en coche desde otras ciudades de la provincia

El complicado acceso al campus de la UMH en Sant Joan provoca que se use más el vehículo privado que el transporte público. PILAR CORTÉS

La comunidad universitaria del campus de Sant Joan d'Alacant de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) se enfrenta en su día a día a la problemática del tráfico existente en los alrededores y, sobre todo, de un transporte público insuficiente.

La congestión viaria en la zona es casi permanente, aunque esa circunstancia se asume en general como de difícil solución y se sobrelleva con cierto estoicismo. En cambio, la escasez de conexiones en autobús entre el campus y el resto del área metropolitana y con otras poblaciones de la provincia es una queja habitual entre los alumnos.

Las malas comunicaciones son una de las causas por las que Andrea Julià y Lorena Jerez, estudiantes de Terapia Ocupacional, están viviendo durante el curso en Sant Joan. Al no tener carné de conducir, desplazarse desde sus domicilios a clase es complicado; para la primera es comprensible, porque es de Guadassuar, pueblo valenciano cercano a Alzira, pero Lorena, de Villena, no tiene una combinación óptima desde su localidad al campus santjoaner de la UMH.

Tampoco sus amigas Ana, Cintia y María, de Biar, Torrevieja y Orihuela, respectivamente; esta última acude en coche, porque «tardo 50 minutos mientras que si quisiera venir en transporte público me llevaría más de hora y media, y eso si me combinara bien el transbordo». A diferencia de lo que ocurre con la Universidad de Alicante (UA), prácticamente no hay más autobuses que las líneas metropolitanas regulares.

La más importante es la 23, que conecta el campus con Alicante, Sant Joan y Mutxamel, y que ha mejorado su frecuencia de paso a 10 minutos; sin embargo, la 38, que lleva hasta San Vicente del Raspeig y la UA, tiene sólo un trayecto cada hora y media.

Ese mismo autobús esperaban ayer a mediodía Adil Charii, Patricia Calleja y Francisco Pérez, también alumnos de Terapia Ocupacional. «Para la distancia que hay, la frecuencia es muy baja», lamentaban. La primera salida desde San Vicente es a las 8 de la mañana, «y hay días que empezamos las clases a esa hora», por lo que optan por ir en tranvía hasta Alicante y tomar después la línea 23 de autobús, «pero eso nos obliga a levantarnos a las 6». Patricia y Francisco explican que están sacándose el carné de conducir, en parte por esta circunstancia.

Para quienes van en coche, la UMH tiene disponibles cuatro aparcamientos exclusivos para la comunidad universitaria, con un total de 905 plazas. Su uso es totalmente gratuito para alumnos, profesorado y resto del personal. El vicerrector de Infraestructuras, Juan José Ruiz, señala que no suele haber problemas de capacidad, aunque los parkings más próximos a las facultades son, obviamente, los primeros en llenarse. En una futura expansión del campus se contempla la creación de más aparcamientos, pero a corto plazo únicamente se prevé la remodelación integral del existente junto a la Facultad de Medicina.

Ruiz admite que el tráfico del entorno del campus, habitualmente denso, es un problema, pero «de difícil solución por lo limitado del espacio» y las características de la zona, con la N-332 y el casco urbano de Sant Joan al lado. Otra opción son las bicicletas, tal y como apunta el vicerrector, aunque apenas se recurre a ellas, y la intensidad viaria puede ser un factor para ello.

Por ello, muchos optan por acudir andando, «o deberíamos», admiten Gustavo Sarriá, Álvaro García y Pablo Cutillas, estudiantes de Fisioterapia que pasan el curso en Sant Joan. «Cuando vemos que llegamos tarde a clase pillamos el coche, pero las rotondas de los alrededores son una locura».

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