¿Qué técnicas se emplean para determinar que la habitación de un hotel y otros servicios turísticoas tengan un precio en concreto?
Hay muchas variables posibles: el mercado, la ocupación, la época del año, el análisis de datos pasados... Entre eso, las previsiones de la empresa y una evaluación a la competencia se logra establecer un precio determinado.
Estadística y probabilidad deben ser fundamentales en su día a día...
Lo son, sin duda. Hay mucho análisis y mucho cálculo en este trabajo, y siempre con un mismo objetivo: maximizar los ingresos para la empresa.
Su perfil profesional llama a priori un poco la atención. ¿Es habitual que las empresas cuenten con esta figura de un «calculador de precios»?
No es todavía muy habitual, pero cada vez existe más, y no únicamente en hoteles, sino también en otras empresas de servicios turísticos como el alquiler de coches. Creo, además, que es aplicable a otros sectores donde hay transacciones similares, incluso de nuestro día a día, como los cines o los supermercados. Por ello, creo que perfiles como el mío van a ganar más peso, llegando a muchos nichos de mercado.
¿Qué valor añadido le pone al trabajo que desempeña?
Este trabajo genera nuevas ramas de estudio y nuevas estrategias. Conocer los precios del sector turístico es tener datos reales sobre él, y lo mismo en cualquier otra actividad. Supone mezclar el análisis de mercado con el razonamiento matemático.