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El valenciano como puerta al conocimiento de otros idiomas

Estudiantes de Filología Catalana de la UA defienden el Decreto de Plurilingüismo del Consell como una forma de impulsar el conocimiento y el valor social del idioma

Estudiantes de Filología Catalana de la UA defienden el Decreto de Plurilingüismo del Consell

Estudiantes de Filología Catalana de la UA defienden el Decreto de Plurilingüismo del Consell

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Estudiantes de Filología Catalana de la UA defienden el Decreto de Plurilingüismo del Consell Antonio Teruel

El reciente Decreto de Plurilingüismo de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, que combina el aprendizaje de valenciano, castellano e inglés a lo largo de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato en tres niveles (básico, intermedio y avanzado), ha tenido una acogida muy distinta entre la población en función de diversos factores, especialmente territoriales. En la provincia de Alicante no son pocas las suspicacias que se han alzado en torno a la normativa, sobre todo en las comarcas castellanohablantes, por aspectos como el hecho de que un mayor número de horas lectivas en inglés en el nivel avanzado vaya asociada a la mayor presencia del valenciano como lengua vehicular. Sin embargo, también está la otra cara, la de quienes tienen el valenciano como idioma materno y que ven en este decreto una forma de darle impulso social desde la escuela.

Los alumnos de Filología Catalana de la Universidad de Alicante (UA) comparten, en general, esta percepción. Para una inmensa mayoría de ellos, el valenciano es la lengua de su casa y su familia; y para todos es, en cualquier caso, una pieza fundamental en sus relaciones sociales y un objeto de especial valor e interés, a la que dedican su vida académica universitaria. Por ello, no sólo se posicionan a favor del citado decreto que potencia la presencia de la lengua autóctona en la educación no universitaria (algo que puede considerarse en buena medida lógico), sino que consideran que la normativa promulgada por el Consell es una forma de potenciar el conocimiento del valenciano y darle un prestigio social que ahora mismo no tiene.

Entre estos estudiantes valencianohablantes y comprometidos con su idioma se percibe bastante insatisfacción hacia la actual situación social de su lengua materna. La queja no es tanto el hecho de que el número de hablantes no sea más elevado, sino las dificultades que, según señalan, encuentran para poder expresarse en valenciano en su día a día, sobre todo fuera de su ámbito muy cercano. También se hace un hincapié especial en la sensación de desconocimiento que, en su opinión, existe en algunas zonas hacia el valenciano, que deriva con frecuencia en prejuicios.

Uno de los estudiantes que defiende la medida impulsada desde la Generalitat es Víctor Vallés, natural de Gata de Gorgos pero que por motivos familiares reside en Alicante capital, y que vive en su día a día, explica, las enormes diferencias sociolingüísticas entre la Marina Alta y l'Alacantí. Destaca que "el valenciano no puede estar minorizado", dado que "es una parte esencial de nuestra cultura", algo que atañe también a la ciudad de Alicante, recordando en este sentido que "el himno es en valenciano pero mucha gente no sabe hablarlo".

Vallés se muestra "agradecido" por el hecho de dominar uno de los idiomas más hablados en el mundo como es el español, pero estima que "eso no tiene por qué perjudicar a mi lengua materna". Al respecto, lamenta que las grandes ciudades sean en general "un territorio hostil" para el valenciano, en el sentido de "estoy en mi derecho de que al menos me entiendan" al utilizarlo. Asimismo, comprende que las comarcas castellanohablantes "nunca vivirán en valenciano", puesto que esta lengua allí no se habla, pero considera que el hecho de conocer el idioma autonómico "es una forma de integrarse" en el conjunto del territorio.

Jornada sobre literatura organizada por el Departamento de Filología Catalana este martes. Foto: Isabel Ramón

También se muestran "completamente a favor" del decreto de Plurilingüismo Mireia Pardo y Andrés Litrán, de La Vila Joiosa y El Pinós, respectivamente. La primera recuerda que "es una lengua oficial, así que ¿por qué no al menos entenderla?". Ella también cree que su aprendizaje en las zonas castellanohablantes "puede favorecer que gente que no conoce el valenciano tome contacto y se familiarice con él", a la vez que lamenta el "recelo" existente entre algunas personas y colectivos hacia la lengua. Por su parte, Andrés considera "necesario" que la población "sea consciente de que el valenciano es parte de nuestra cultura, y que no debe verse como una imposición, sino como una oportunidad". Por ello, cree que es "esencial" el promover entre todos actitudes que favorezcan la comunicación y que resulten pedagógicas.

Otra opinión favorable es la de Noelia Manera, de Callosa d'en Sarrià, quien cree que "todo lo que sirva para impulsar el valenciano es positivo". Discrepa de que el castellano esté discriminado en modo alguno, puesto que "está en todas partes" en la sociedad actual. Mientras tanto, critica, "los niños no pueden ver televisión en valenciano y cuesta encontrar libros en este idioma". También lamenta que digan que sólo "cuatro gatos" hablan esta lengua: "Es una afirmación irracional, propia de quien quiere vivir en la ignorancia".

Uno de los territorios castellanohablantes donde el decreto impulsado por el departamento que dirige Vicent Marzà ha despertado más reaccione en contra es la Vega Baja, donde el valenciano se habla en un solo municipio, Guardamar del Segura (aparte de la pedanía oriolana de Barbarroja, que geográficamente queda al margen del resto de la comarca). De allí es precisamente Miquel Hurtado, quien destaca que "el decreto es muy positivo para normalizar el valenciano" y considera que este idioma "abre las puertas al conocimiento de otras lenguas" románicas con las que guarda muchas similitudes, como el francés o el italiano.

Hurtado es consciente de que la enseñanza del valenciano en la Vega Baja despierta muchos recelos, y también de en que el extremo sur de la Comunitat Valenciana "existe cierta sensación de marginación respecto al resto del territorio", pero a su juicio la lengua autonómica puede ser precisamente "una forma de abrirse" y de conectar con otras comarcas. Por ello, confía en que "la sensibilidad social crezca" y que en la Vega Baja haya en el futuro "más personas que estimen el valenciano como lengua histórica de la comarca, a pesar de las campañas que se hagan en contra", recordando en este sentido que el Bajo Segura fue valencianohablante hasta el siglo XVIII, algo de lo que aún hoy quedan numerosas reminiscencias en la toponimia y algunos de los apellidos más extendidos en la comarca.

La opinión de los estudiantes

Víctor Vallés: "Lamento que la ciudad sea un territorio hostil para el valenciano. Estoy en mi derecho de que al menos me entiendan".

Miquel Hurtado: "Espero que la sensibilidad social hacia el valenciano en la Vega Baja crezca y que lo estimen como lengua histórica de la comarca".

Noelia Manera: "Decir que sólo cuatro gatos hablamos valenciano es querer vivir en la ignorancia. Es una lengua oficial de la Comunitat Valenciana".

Mireia Pardo: "Si el valenciano es una lengua oficial, ¿por qué no al menos conocerla? El contacto hace que te puedas familiarizar con ella".

Andrés Litrán: "La gente debe ser consciente de que la lengua es parte de nuestra cultura. Aprenderla no debe verse como una imposición, sino como una oportunidad".

(Fotos: Isabel Ramón / Jorge Salvador)

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