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Servicios a los estudiantes

Muy buenas bibliotecas pero con pocos enchufes en la UA

Los usuarios de las salas de lectura y estudio de la Universidad de Alicante valoran de forma muy positiva los servicios salvo por la escasez de puntos para conectar los ordenadores a la corriente

Usuarios en la Biblioteca de Filosofía y Letras de la UA, la más grande y más utilizada del campus. PILAR CORTÉS

Las bibliotecas son fundamentales en cualquier centro académico. Su visita es obligada para la consulta de libros y revistas, y son asimismo una referencia como punto de reunión para la realización de trabajos en grupo o para estudiar, tanto de manera individual como también en compañía. Por ello, para los estudiantes de la Universidad de Alicante (UA) se trata de un servicio básico, que consideran que debe estar siempre ajustado a las necesidades de quienes lo utilizan. En general, no obstante, los usuarios están muy satisfechos con las bibliotecas del campus, aunque echan en falta una mayor adaptación a la era digital.

El campus de la UA cuenta con siete bibliotecas: Filosofía y Letras (también llamada Biblioteca General), Ciencias, Politécnica y Ciencias de la Salud, Derecho, Económicas, Geografía y Educación. En cifras, son alrededor de 20.000 metros cuadrados que reúnen más de 3.500 puntos de lectura, casi 300 ordenadores de libre acceso y 27 salas para el estudio o trabajo en grupo. A ellas se suma la sala de estudio de la sede de la calle San Fernando, puesta en marcha en 2014 y que permite dar también servicio en el centro de Alicante.

La valoración que los estudiantes de UA hacen de sus bibliotecas es en términos generales muy buena. Entre otros aspectos, se destacan la capacidad y amplitud de las salas de lectura, el horario de apertura, el servicio de consulta y préstamo de obras, la atención del personal, la existencia de lugares para poder trabajar en grupo -en los que se puede hablar y que se reservan por una o dos horas- y la posibilidad de estudiar por la noche. La Biblioteca General tiene en su planta baja una "Sala 24 Horas" que abre de manera ininterrumpida; en los periodos de exámenes también lo hace la biblioteca de la sede de la calle San Fernando.

Un estudiante haciendo uso de su ordenador portátil en la biblioteca. Foto: Pilar Cortés

Un factor que podría verse como un inconveniente, pero hacia el que existe mucha comprensión por parte de los alumnos, es el hecho de que las bibliotecas de la UA están abiertas al público en general en todo momento, incluso en épocas de exámenes, algo que no ocurre en todas las universidades. Así, es fácil encontrar en las instalaciones a usuarios que no son estudiantes de la UA, sino que son de otros centros académicos -incluso de Secundaria- o bien están preparando oposiciones.

Esto implica una mayor ocupación de las salas, pero esto no se percibe como un problema. Al contrario, al preguntar a los usuarios se hace patente la empatía hacia cualquier persona que necesite utilizar la biblioteca. Carolina Galbis y Elisa Aliaga, estudiantes de Relaciones Laborales y de Enfermería, respectivamente, son muy contundentes en este sentido: coinciden en afirmar que "nunca le diría a nadie que se fuera. Hay que comprender que la gente tiene que estudiar", y señalan que las instalaciones de la UA son muy idóneas para ello.

La contrapartida de esto es que en épocas de exámenes suele haber una afluencia masiva de personas, tanto estudiantes de la UA como de fuera. Por ello, únicamente en los momentos en los que se alcanza una ocupación total de las salas se pide la Tarjeta Universitaria (TIU) para poder entrar. Para algunos, como Malena Santamaría y Carlos Vázquez, estudiantes de Ingeniería en Telecomunicaciones, éste es un ejemplo de "buena organización", al dar preferencia a los alumnos propios en esos momentos puntuales. Al respecto, la directora de la Biblioteca Universitaria, Remedios Blanes, incide en que ese acceso restringido sólo se aplica ante situaciones de saturación; fuera de esto, destaca, "no tiene sentido impedir la entrada si las salas están vacías".

Escasez de enchufes disponibles

Pero como siempre ocurre, con las bibliotecas de la UA también hay un "pero". El más generalizado, y de hecho casi el único que ponen los usuarios, es la escasez de enchufes donde poder conectar los ordenadores portátiles o los teléfonos móviles. En todas las salas los hay, pero no en todas las mesas, lo que provoca que estos lugares sean siempre los más demandados y que no siempre haya tomas disponibles. Carlos Román, alumno de Publicidad y Relaciones Públicas, considera que "vendría bien que hubiera más, porque ahora casi todos estudiamos con un ordenador" más que con apuntes. La queja es compartida de forma casi igual por todos los entrevistados.

En el servicio de Bibliotecas son muy conscientes de este problema, tal y como confirma Remedios Blanes. La directora considera que hay "un número bastante elevado" de enchufes en las salas, y recuerda que además se han incrementado los puntos de conexión en los últimos años con la instalación de regletas. No obstante, comprende que incluso esto pueda resultar insuficiente en determinados momentos. El problema, señala, es "la capacidad de los propios cuadros eléctricos" de los edificios, construidos en un momento en el que no era tan masivo el uso de ordenadores portátiles, y mucho menos el de teléfonos móviles, que no se concebían como dispotivo para el estudio.

Usuarias de una de las bibliotecas. Foto: Pilar Cortés

Blanes explica que, para paliar esta situación, y como "medida complementaria", se están instalando casilleros para poder cargar los ordenadores y teléfonos móviles. Se trata de espacios a modos de taquillas, donde el usuario deja su aparato y vuelve después a recogerlo, siempre con las oportunas medidas de seguridad. En la Biblioteca General "se pondrá en marcha en breve", afirma. De esta forma esperan poder "responder a la demanda, dentro de las posibilidades que hay", para favorecer el empleo de los dispositivos electrónicos en las salas.

La opinión de los estudiantes

Malena Santamaría, estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones: "El espacio de la Biblioteca General es amplio y tranquilo, pero le faltan enchufes en la planta baja. También vendría bien que hubiera más salas para hacer trabajos en grupo".

Carlos Vázquez, estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones: "Está bien organizado, porque en épocas de exámenes no dejan entrar a personas de fuera de la Universidad y eso te facilita que vayas a poder encontrar espacio. Tampoco estaría mal que las salas para grupos se pudieran reservar para más de dos horas".

Carolina Galbis, estudiante de Relaciones Laborales: "Me gusta la Sala 24 Horas porque los enchufes están más al alcance y las mesas son más pequeñas. Dependiendo de la época hay mucha gente, y egoístamente eso para ti puede ser un problema, pero comprendes que todo el mundo tiene que estudiar".

Elisa Aliaga, estudiante de Enfermería: "Yo necesito estar muy concentrada para estudiar, por eso vengo a la Sala 24 Horas. En épocas de exámenes casi ni puedes entrar, pero yo nunca le diría a nadie que se fuera, tengo mucha empatía hacia todo el que necesita un espacio para estudiar. Lo que sí me parece mal es que el baño de esta sala sólo abra por la noche y el resto del día tengas que salir para ir al de la Biblioteca General".

Carlos Román, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas: "Suelo ir a la Biblioteca General o a la de Económicas. No tengo nnguna queja, ni de horarios ni con el personal; me parecen perfectas todas las facilidades que te dan. Lo que sí echo en falta es más enchufes, porque ahora casi todos estudiamos con un ordenador".

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