A punto de comenzar el rodaje de la segunda temporada de El chiringuito de Pepe, el actor catalán Santi Millán considera que la situación entre España y Cataluña tiene que "cambiar" y apuesta por buscar puntos de encuentro entre ambas posturas pues "cuando cada uno radicaliza la suya eso está condenado al fracaso".

Santi Millán, en declaraciones a Efe, reconoce que el tema de Cataluña es "muy complicado", aunque aboga por que las dos partes se sienten a hablar y lleguen a un clima de entendimiento.

El humorista recorre desde 2013 los escenarios con el monólogo 'Santi Millán Live!' un espectáculo donde lleva al teatro sus tres grandes pasiones "la música, el sexo y el humor", tres ingredientes, a su juicio, fundamentales para que "todo vaya mejor" pues así "todo sería más llevadero".

El antiguo miembro de la compañía La Cubana se subirá el sábado al escenario del Auditorio de Puerto del Rosario, en Fuerteventura con 'Santi Millán Live!', donde cumple el viejo sueño de ser cantante. "Con la edad tienes que hacer las cosas que te motiven y me puse a cantar", sostiene.

Millán reconoce que la cultura es "frágil y necesita mimo" y es al Estado a quien le corresponde "tener cuidado y dar mimo aunque ahora parece que no lo tiene".

A pesar de lo complicado que se dibuja el panorama para los actores con unas tasas de paro que superan el 75%, Millán recomienda a los jóvenes con ganas de tener un futuro vinculado a la interpretación que "luchen por aquello que quieren ser", a lo que añade "puedes estar jodido luchando por algo que te gusta", pero es mejor que "estar jodido en otra cosa".

En breve Millán volverá a meterse en el papel del afamado chef Sergi Roca para rodar la segunda temporada de la serie de Telecinco El chiringuito de Pepe de la que solo adelanta que será "muy divertida".

También se encuentra grabando un programa de cámara oculta para Atresmedia y en febrero estrenará un espectáculo de humor en compañía de Javier Sancho y con el objetivo de que la gente "lo pase bien".

Una agenda repleta de trabajo que, sin embargo, no le impide renunciar a querer volver al cine en unos momentos en los que "se puede hacer cine" y, de hecho, "se hace de muy buena calidad", considera el actor.

Sin embargo, el protagonista de películas como Amor idiota o Solo para dos cree que se debería de cuestionar la forma de explotar el cine y buscar nuevos modelos de gestión.