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Ante la propuesta de cambio de jornada escolar, votemos con la mirada puesta en los niños

Estamos esperando una Ley de Educación acorde al siglo XXI y se nos ofrece un cambio de horario

El pasado 10 de agosto, este diario publicaba que 256 Colegios de nuestra Comunidad han recibido autorización para implantar la jornada continua. Son el 67% de todos los colegios públicos de Infantil y Primaria, 11 en Castellón, 34 en Valencia y 211 en Alicante. Sólo será definitivo si el próximo 15 de septiembre las familias lo ratifican con el 55% de los votos del censo total de padres y madres en cada uno de los centros.

Ante esta situación queremos contribuir a la reflexión, con la mirada puesta en el niño y sus necesidades.

La primera impresión es que hemos empezado la casa por el tejado. Estamos esperando una Ley de Educación acorde con las necesidades del siglo XXI y se nos ofrece un cambio de horario, sin fundamento psicopedagógico, que no conlleva renovación educativa alguna.

«Debe quedar bien claro que la reivindicación de la jornada matinal nada tiene que ver con la innovación educativa». Doctor Rafael Feito Alonso. Catedrático Sociología. Universidad Complutense Madrid.

«El problema no es acabar a las 17 h. o a las 15 h.. El problema es cómo distribuir internamente las actividades». Doctora Elena Martín. Catedrática de Psicología. Universidad Autónoma Madrid.

No hemos encontrado ningún estudio que avale que comprimir el horario mejore el aprendizaje o los resultados académicos. Sí hay expertos que alertan sobre las condiciones de aprendizaje en que llega un niño a las 14.00 horas.

«A primera hora es cuando más alumnos somnolientos hay, y con mayor dificultad de concentración, un estado que mejora al final de la mañana y durante la tarde, lo que puede orientar hacia cómo se debería organizar el calendario escolar». Doctor Gonzalo Pin. Jefe de la Unidad de Sueño de Valencia.

En referencia a la jornada partida como la más idónea para los alumnos: «En primaria, desde luego. Y, en secundaria, también, lo que pasa es que hoy es difícil dar marcha atrás. Pero la jornada continua sobrecarga mucho las últimas horas de clase y son poco aprovechables». Doctor José Antonio Marina. Autor del Libro Blanco de la función docente.

Otros aspectos que implica el cambio de horario y que nos preocupan a los pediatras tiene que ver con el retraso en la hora de la comida que, en el mejor de los casos, será a las 14.00 horas para los más pequeños y suprimir las siestas, que hasta ahora realizaban los niños de 3 años en la mayoría de los colegios.

La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) está contra la jornada continua. Desde el punto de vista nutricional, «plantea que el escolar pase muchas horas sin comer». Los centros escolares «tienen que garantizar» que los alumnos coman adecuadamente. Doctora Pilar Codoñer. Presidenta de la SVP.

En cuanto a la conciliación familiar, es difícil con la divergencia existente entre los horarios laborales y escolares. ¿Los niños van a pasar realmente más tiempo con sus familias?. Numerosos expertos en conciliación se posicionan contra la jornada continua.

«Es un camino sobre el que debe reflexionarse, pues es contrario a las necesidades de niños y niñas, y no soluciona los problemas de conciliación de las familias, más bien los agrava». Informe de la Subcomisión para el estudio de la Racionalización de Horarios, la Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral y la Corresponsabilidad.

Echamos en falta estudios sobre esta materia, así como valoraciones sobre los resultados en las Comunidades que llevan más de 20 años con la jornada continua. Si no están siendo buenos, como parece ser, ¿por qué los copiamos?.

Consideramos necesario que los proyectos educativos de cada Centro se hagan públicos y estén a disposición de los padres; creemos que el proceso está siendo precipitado. Vemos también con preocupación que esta situación ha provocado el enfrentamiento de la Comunidad Educativa, dejando en manos de padres y docentes una decisión que, en última instancia, es competencia de quién legisla.

Os dejamos algunas preguntas que debemos respondernos antes de tomar una decisión tan importante: ¿Se van a ver reducidas las horas de clase, por la necesidad de realizar más descansos? ¿Pueden ofrecerse garantías respecto a la buena organización y la gratuidad de las actividades extraescolares? ¿Se establecerá un período de prueba y se evaluarán los resultados antes de implantarla definitivamente? ¿Contribuye el cambio de horario a una Escuela Pública de más calidad?¿Mitigará las desigualdades sociales o las aumentará?

«La escuela nació como medida de protección a la infancia y posteriormente se le han ido asignando otras funciones necesarias, pero la protección sigue siendo un pilar irrenunciable. Hay niñas y niños con familias que son suficientemente capaces de cubrir prácticamente todas sus necesidades, otros infantes están desprotegidos familiarmente.

Cuando cambiamos la organización escolar estamos modificando el grado y modo de protección de muchas niñas y niños. Cambiar los horarios de la escuela exige revisar cómo afecta a unos y a otros para tomar medidas que garanticen a todos el bienestar necesario». Vicenç Arnaiz. Psicólogo.

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