Penélope Marqués es enfermera de Clínica Vistahermosa y voluntaria en la ONG Gerca, Grupo Especialista de Rescate Canino Alicante. Ha colaborado en varias misiones de rescate en España pero nunca lo había hecho en un país extranjero hasta el terremoto de Ecuador.
¿En qué catástrofes ha participado?
En España, actuamos cuando se pierde alguien por la montaña o hay situaciones de crisis como el terremoto de Lorca, colaborando con los cuerpos y fuerzas de seguridad. El año pasado colapsó un edificio en Elche e intervinimos, aunque afortunadamente no hubo víctimas. Titán, uno de nuestros perros revisó el edificio sin encontrar nadie dentro. Maya, otra de nuestras perras, encontró a una señora perdida 3 días en la Serra Grosa hace relativamente poco tiempo.
¿Cómo se prepara para intervenir en una catástrofe así?
Entrenamos dos veces a la semana en Hondón de las Nieves en una antigua fábrica de cementos que simula muy bien el escenario de un terremoto, aunque no hay entrenamiento para el shock psicológico de una situación de catástrofe con víctimas mortales.
¿Cómo fue la llegada al centro del desastre del terremoto de Ecuador?
Lo primero es el shock al ver un escenario tan desolador. No había luz, un fuerte olor a descomposición, la gente desesperada en las calles y colas interminables para abastecerse de agua y comida, entre otros. Te queda el consuelo de pensar que el terremoto fue a las 7 de la tarde, por lo que había más gente fuera de las casas que dentro durmiendo.
¿Puede extrapolar algo de su experiencia a su trabajo?
La capacidad de abstraerse de un problema para saber cómo enfocarlo. Creo que, aparte del compañerismo y saber que tu labor es importante, es de las pocas cosas buenas que sacas de un experiencia como esta.
¿Qué es lo más importante en una misión de rescate como la de Ecuador?
La rapidez. El llegar lo antes posible, pues hasta el 5º día puede haber vida debajo de los escombros. A partir del 5º día la tasa de rescate cae en picado.
¿Hay mucha desorganización en una catástrofe?
Debes actuar siempre con un plan coordinado aunque no siempre es fácil. Es muy duro ver a gente llorando por la calle porque tiene a un familiar atrapado y no poder ayudarla. Debes centrarte en el espacio asignado pues de lo contrario todo es caos y desorganización.
¿Se sintió insegura?
Ecuador declaró el estado de sitio nada más ocurrir la catástrofe por saqueos y pillaje y el ejército tuvo que desplegarse en las zonas afectadas. Nada más llegar nos escoltaron, la gente sabe que los voluntarios de rescate son autónomos y llevan su propia comida y agua. Afortunadamente, estábamos protegidos y no pasó nada.
¿Qué le pasa por la cabeza cuando ve un escenario así?
Tras el shock inicial, enseguida te pones a trabajar para ayudar y sobre todo, para no perder la perspectiva. No tuve ansiedad ni nada por el estilo. Estaba ya preparada y sabía a lo que me enfrentaba. Lo más duro es la vuelta cuando reflexionas sobre lo que has visto y la realidad te golpea.
