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Conjuntivitis infantil, más frecuente de lo que se cree

La conjuntivitis es una inflamación de la envoltura externa del ojo

Conjuntivitis infantil, más frecuente de lo que se cree

La conjuntivitis es una patología que se da frecuentemente en los bebés. Esto se debe con frecuencia a que los bebés suelen tener el conducto lagrimal estrecho o incluso por abrir, lo que hace que se produzcan infecciones de la conjuntiva por el acumulo de sustancias al no existir flujo lagrimal normal.

El doctor Enrique Chipont, especialista en Oftalmología Pediátrica y director médico de Oftálica explica que, «esta afección se trata limpiando los ojos de los niños con una gasa empapada en agua hervida o suero salino. Si pasados un par de días no está mejor, se debe consultar con el especialista en oftalmología pediátrica».

La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, que es la envoltura externa del ojo. Como la conjuntiva sirve para proteger a los ojos, se puede inflamar o irritar por muchas causas, como la infección por bacterias o virus, el contacto con sustancias irritantes o las alergias.

Síntomas

El signo más frecuente de la inflamación de la conjuntiva es cuando el ojo se ve enrojecido. Se pueden distinguir pequeñas venitas en la parte blanca del ojo y al volver el párpado inferior. Por regla general, los bebés se frotan los ojos porque les pica y puede que les moleste la luz.

Otras de las claves, destaca el doctor Chipont, es que les lloren los ojos pues la irritación estimula la producción de lágrimas. También, puede haber secreciones (legañas) de distinto color, sobre todo cuando la conjuntivitis es producida por bacterias.

Tratamiento

Es importante limpiar los ojos suavemente con una gasita empapada en agua hervida o suero salino fisiológico. Se debe utilizar una gasa distinta para cada ojo y realizar el movimiento de dentro a fuera (de la nariz a la sien).

Actualmente, no se recomienda lavarlos con infusión de manzanilla porque algunos bebés y niños pueden tener alergia al polen de esta planta. Un ligero masaje en la zona del ojo más cercana a la nariz contribuye a vaciar las secreciones que se acumulan en el conducto lagrimal. En el transcurso de un par de días, si el bebé sigue molesto, conviene consultar al especialista que le puede pautar una pomada ocular o un colirio antibiótico.

¿Cómo aplicar un colirio o una pomada ocular al bebé?

El colirio se aplica siempre después de limpiar los ojos del niño.

Para ello, en ocasiones y si no tenemos experiencia, hacen falta dos personas. Una se encarga de sujetar las manos y la cabeza del bebé, que debe estar tumbado y la otra separa con cuidado los párpados de un ojo con una mano y con la otra deja caer una o dos gotas del colirio.

En el caso de las pomadas, también puede realizarse entre dos personas si no se tiene experiencia. Es similar al colirio, pero la pomada se debe poner en el saco entre el párpado inferior y el globo ocular.

El doctor Chipont, aconseja que si no se cuenta con ayuda, se puede poner una pequeña cantidad en el ángulo del ojo cercano a la nariz y con un movimiento rápido del dedo, pasarlo por el borde de los párpados. De esta forma, el bebé parpadeará y así se le introducirá el producto. Una vez realizada la operación es importante evitar que el niño se frote los ojos con las manos para que no retire la pomada.

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