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Un 70% de los españoles padece alguna enfermedad en los pies

Según el Colegio de Podólogos, las dolencias más habituales son callos, juanetes o durezas

Con motivo de la celebración el pasado jueves 7 de abril del Día Mundial de la Salud, desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana han señalado que un 70% de los españoles padecen algún tipo de enfermedad en los pies.

Dolencias como los callos, los juanetes o las durezas afectan a siete de cada diez personas. Desde el colegio se ha advertido que los pies son una de las partes del cuerpo a las que menos atención se les presta y, sin embargo, cualquier enfermedad en ellos puede determinar claramente la calidad de vida de las personas que la padezcan. Esto es especialmente destacable en el caso de las personas mayores, debido a que con los años se desgasta la almohadilla plantar, aumentan las metatarsalgias (dolor en el antepié) y la aparición de duricias, patologías que aunque no son graves pueden ser muy dolorosas al caminar y pueden provocar caídas o úlceras en las personas diabéticas.

«Uno de los factores más importantes que afectan al deterioro de los pies es la edad, aunque también hay otros que pueden desembocar en patologías como son la herencia genética, pasar mucho tiempo de pie o el uso continuado de un calzado inadecuado que, por ejemplo, tenga mucho tacón o no permita transpirar el pie», ha destacado Alfredo Martínez, Presidente del colegio.

Decálogo para unos pies saludables

- Se aconseja mantener una higiene diaria de los pies.

- Secarlos muy bien tras la ducha, especialmente entre los dedos. El exceso de humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias.

- Hidratarlos a diario, sobre todo el talón y nunca poner crema entre los espacios interdigitales porque los macera.

- Masajearlos al aplicar crema ayudará a mejorar la circulación.

- No dejar las uñas largas y cortarlas con forma recta para evitar que se claven.

- Utilizar calcetines de materiales naturales y sin costuras. Estos permiten que transpire mejor el pie y no dificultan la circulación.

- Optar por un calzado de piel que se adapte al ancho natural del pie, sea cómodo, flexible, transpirable, con una planta acolchada y que no tenga un tacón de más de 3 cm.

- Realizar ejercicios específicos con regularidad. Es muy bueno trabajar los pies estirando y recogiéndolos, moviendo los dedos y girando los tobillos porque ayuda a tonificar los músculos, articulaciones y tendones.

- Los pies deben protegerse en espacios públicos con zonas húmedas, como piscinas, utilizando chanclas o escarpines de goma para evitar infecciones.

- Es fundamental visitar al menos una vez al año al podólogo para realizar una quiropodia y comprobar que no existe ninguna patología y, si ésta hubiera aparecido, aplicar rápidamente el tratamiento más adecuado para que no derive en una dolencia con mayores consecuencias.

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