La mayoría de madres primerizas leen y escuchan multitud de información, opiniones y consejos sobre cada fase del embarazo y se preparan para la «intensa» experiencia física y emocional que supone el parto, pero pocas son advertidas de lo duro que puede resultar el postparto.

«Todo el mundo espera de ti que estés feliz y contenta. ¡Ya eres madre! ¡Tienes una criatura preciosa y sana entre tus brazos! Se supone que no hay alegría mayor, ¿verdad? Sin embargo, en esos interminables quince días tras dar a luz, no te sientes así», cuenta la pediatra Lucía Galán Bertrand en su libro Lo Mejor de Nuestras Vidas (Editorial Planeta), en el que narra las emociones que padres e hijos recorren juntos desde el momento del paritorio hasta la adolescencia.

Esta experta reconoce que los primeros días, e incluso semanas, después de dar a luz, son «el gran desconocido del que nadie habla» y que «pilla por sorpresa» tanto a padres como sobre todo a madres, cansadas y doloridas después del parto al tiempo que aprenden a atender las primeras necesidades de su bebé.

«Todo el mundo te habla de lo maravilloso de ser madre, pero en esos días estás realmente triste, desorientada, irritable, cansada y no te reconoces, ni tu pareja tampoco, y no sé por qué la gente no habla de estos sentimientos», ha reconocido Galán.

Esta experta lo atribuye a un posible «sentimiento de culpabilidad o vergüenza», por ir en contra de la felicidad que una madre «se supone que debe sentir» por que todo haya salido bien.

Y cuando pasan los días, viene todo el «subidón» de la maternidad que hace que muchas madres «lo dejen en el baúl de los recuerdos», de ahí que ella haya querido dedicarle una parte de su libro a esta fase.

Las visitas no se agradecen

Además, Galán apunta que en estos primeros días no ayudan las continuas visitas de familiares y amigos, tanto al hospital como posteriormente a casa para conocer al recién nacido, y de hecho aconseja a las madres a «agradecer la intención, no la visita» y ser quienes decidan cuándo reciben visitas.

«Las visitas de bueno no tienen nada, lo veo también como profesional, son momentos muy íntimos que deben vivir el papá, la mamá y el bebé», defiende esta pediatra, que critica que muchas madres se encuentren en la habitación «rodeadas por muchas, en ocasiones muchísimas, personas opinando, aconsejando, hablando... en definitiva, molestando».

Además, a esta etapa del postparto tampoco ayuda la pronta incorporación del padre a su puesto de trabajo, ya que en esos momentos es «cuando peor están las mamás», reclamando bajas paternales más amplias para que puedan facilitar ese proceso.

Una etapa desatendida por el sistema

Del mismo modo, Galán reconoce que esta etapa del postparto está también desatendida dentro del sistema sanitario, ya que en esos días posteriores «todo el mundo tiende a centrarse en el bebé y él es quien mejor está, y la mamá es la gran olvidada».

De hecho, asegura que cuando ella pasa revisiones a recién nacidos suele encontrarse con mujeres «cansadas, pálidas», que «miran la silla como el que mira al enemigo», de ahí que primero le guste centrarse en ellas y sorprenderlas con un «¿Y cómo te encuentras tú?» al que muchas responden en forma de llanto.

«Las descolocas, porque probablemente sea la primera vez que les han preguntado cómo están, y a las mamás también hay que cuidarlas en esos momentos», ha señalado.

Otra de las preocupaciones de la madre en esas primeras semanas es la lactancia, para la que «no hay reglas fijas» y debe adaptarse a las circunstancias de cada una.

Asimismo, también critica que el actual permiso de maternidad dificulte o requiera «más sacrificios» para mantener la lactancia exclusiva durante los seis primeros meses como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).