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No olvidemos proteger nuestros ojos en invierno

No olvidemos proteger nuestros ojos en invierno En invierno también hay exposición a la radiación ultravioleta.

El próximo 21 de diciembre llega el invierno y nuestros ojos se vuelven más sensibles. Aunque pensamos que solo debemos proteger nuestros ojos del intenso sol del verano, lo cierto es que los meses más fríos del año también pueden acarrear amenazas para nuestra salud ocular.

En los meses más fríos del año, el sol se sitúa más bajo en el cielo y a un ángulo diferente, lo que puede incrementar nuestra exposición a la radiación ultravioleta. Este riesgo resulta tan significativo en días grises como en días despejados, y aumenta si realizamos actividades lúdicas o deportivas en la nieve, por el intenso reflejo que ésta hace de la luz solar. Según el doctor Enrique Chipont, director médico de Oftálica explica que «la radiación ultravioleta acelera la aparición de ciertos tipos de cataratas y alteraciones maculares, dos de las enfermedades oculares más frecuentes a partir de los 40 años.» «Del mismo modo, la calefacción, suele resecar los ojos, sobre todo los sistemas con chorros de aire caliente», asegura el doctor.

Pero el sol no es el único riesgo de amenaza. Aunque muchas personas piensan que el invierno es la estación más húmeda del año por la mayor presencia de lluvia y nieve, hay jornadas en las que el aire puede llegar a ser muy seco. Ese ambiente frío puede irritar los ojos, incluso en los climas más templados, algo que deben tener especialmente en cuenta los usuarios de lentes de contacto.

Cuidado de los ambientes secos

La sequedad de los ambientes de interior con calefacción puede afectar a la salud ocular durante el invierno, algo que se traduce en una sensación de quemazón o picor o de que un cuerpo extraño ha entrado en el ojo. Si bien es cierto que la mayoría de los casos de sequedad o irritación ocular por este motivo no son graves, con frecuencia hace que nos frotemos los ojos, una costumbre desaconsejable por el riesgo de infecciones y lesiones oculares.

Los niveles de humedad se reducen mucho en casa o en la oficina con la calefacción encendida y las ventanas cerradas.

Los días con viento también contribuyen a resecar los ojos. El doctor Chipont advierte que «las personas que experimentan mayor incomodidad son las que padecen el denominado síndrome de ojo seco, cuyos síntomas incluyen dolor, visión borrosa, enrojecimiento o, incluso, lagrimeo excesivo, mecanismo con el que los ojos compensan esa falta de humedad, lo cual resulta muchas veces paradójico para los pacientes».

El ojo seco puede darse a cualquier edad, pero es más común en las personas mayores, especialmente en mujeres que han superado la menopausia.

Para la mayoría de los pacientes, la sequedad ocular es simplemente una molestia, pero, en los casos graves, aumentan nuestra vulnerabilidad a infecciones corneales, que pueden afectar a la visión de manera permanente.

Consejos

Cómo mejorar la salud de nuestros ojos en invierno:

Parpadea con más frecuencia.

Debemos beber más líquidos e hidratarnos mejor.

Evitemos el tiempo excesivo en el ordenador puesto que desciende el número de parpadeos provocando sequedad.

El uso de humidificadores en lugares cerrados donde hay calefacción es recomendable.

Es recomendable el uso de lágrimas artificiales siempre con la supervisión de su oftalmólogo.

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