El tabaco es la causa o como mínimo un factor de riesgo muy relevante en el desarrollo de muchas enfermedades entre las cuales la alteración de la salud sexual no es una excepción.
Más de un 25% de los varones directamente y más de un 10% indirectamente están expuestos a los efectos perjudiciales del tabaco, siendo los jóvenes los más expuestos ya que a este hábito tóxico se asocian situaciones no menos perjudiciales como son el estrés o la ingesta incontrolada de alcohol. En este artículo vamos a mostrar cuales son las vías por las cuales el tabaco puede producir no solo cuadros de disfunción eréctil si no también trastornos en la libido de los fumadores.
El tabaco como causa de lesiones orgánicas musculares y vasculares
El tabaco va a dar lugar tanto a una disminución del calibre de las arterias que aportan sangre al pene así como a una pérdida de su elasticidad. Por otra parte sabemos que la sangre del fumador, los glóbulos rojos, tienen menos capacidad de llevar oxígeno. Estas tres alteraciones vasculares producirán las alteraciones orgánicas típicas del fumador.
¿Cómo se produce la erección?
Voy a esquematizar, para que el lector pueda entender el mecanismo de producción de la erección.
Para poder llegar a una erección adecuada es necesario, en primer lugar, algo tan sencillo como estar sano. Todos los hombres han experimentado una disminución de la libido y la posibilidad de conseguir o mantener la erección en situaciones de enfermedad, a veces tan simples como una gripe.
La erección se consigue cuando se relajan los músculos del pene permitiendo que la sangre entre y se mantenga en estos cilindros el tiempo necesario hasta la eyaculación. Una vez producida esta la sangre sale por las vías venosas de drenaje y el pene pierde la tensión.
Las lesiones vasculares que se producen en el fumador van a dar lugar a una disminución de la sangre que llega a los músculos peneanos conllevando una alteración en el desarrollo estos.
Este efecto tiene especial importancia cuando nos referimos a los hombres que empiezan a fumar desde muy jóvenes, en estos no solo se podrá desarrollar el cuadro de disfunción eréctil a edades tempranas, también se puede producir un anormal desarrollo del pene según los últimos trabajos de la Boston University.
A estos efectos directos del tabaco sobre las arterias tenemos que añadir los indirectos sobre la tensión arterial, circulación cerebral, pulmonar...
Por otro lado en el fumador también se producen alteraciones en el deseo y la satisfacción de mantener la relación sexual, la libido.
Cuando se inician los problemas para mantener la erección, el paciente intenta evitar la relación sexual porque se encuentra inseguro, sabe que puede fallar en el intento lo cual todavía provoca más insatisfacción, entra por tanto en una espiral descendiente de la que es difícil salir sin la ayuda de un profesional.
Hasta ahora se consideraba que más de un 80% de los varones con disfunción eréctil, lo eran debido a trastornos sicológicos.
Hoy, gracias a los nuevos medios de diagnóstico, sabemos que la mayoría de los trastornos de la erección son debidos a causas orgánicas y que uno de los principales desencadenantes seria el tabaco.
Debemos intentar establecer un diagnóstico sobre la causa de la disfunción y dar una solución cuanto antes, de esta forma evitaremos por una parte dar lugar a trastornos orgánicos irreversibles y por otra caer en la espiral, de la que antes hablábamos.
Debemos evitar el caer y sobre todo que los jóvenes que empiezan con estos problemas caigan en la falta de interés por mantener una vida sexual sana.
