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Tribuna

Urticarias en la infancia

Esta dolencia es una inflamación de la piel cuya manifestación típica es el habón o roncha

Urticarias en la infancia

Estimados padres: estas líneas, que pretenden ser divulgativas, quiero que sirvan sobre todo para ahorraros angustia si vuestros hijos tuvieran una urticaria aguda.

La urticaria es una inflamación de la piel cuya manifestación típica es el habón o roncha. Constituye una consulta con frecuencia urgente, fruto de la espectacularidad que puede llegar a tener. En la gran mayoría de los casos el problema se queda en las capas más superficiales de la piel -ronchas- y algunas veces, se acompaña de una inflamación en estratos más profundos: párpado que cierra el ojo al niño, labio muy engrosado, etc. A ello se le aplica el nombre de angioedema.

La situación habitual es que se vean habones más o menos elevados en la piel; de color rojizo, aunque a veces aclaran en el centro o con la presión. Suelen dar picor y provocar rascado e irritabilidad. Es característico que la erupción inicial desaparezca y pueda volver a surgir pocas horas después. Este curso alternante es posible que lo presente varios días.

En caso de que la urticaria recurra más de 6 semanas es cuando la llamamos crónica. En esta situación es obligado realizar una serie de pruebas a fin de descartar causas subyacentes importantes. Afortunadamente, en la infancia es una situación muy rara.

Al servicio de urgencias, que es el que normalmente atiende en primera instancia al niño, se llega con ronchas que en ocasiones son tan grandes que parecen un mapa. Las presenta por todo el cuerpo y con frecuencia los padres no lo relacionan con nada.

El pediatra, al ver al paciente, se fijará si hay algún tipo de dificultad respiratoria. Reflejo de que esa inflamación está presente también en la vía aérea y que obligaría a cambiar la visión del problema. También se observará si se acompaña de signos digestivos (vómitos, dolor abdominal) y se estará atento ante la posibilidad de que poco después haya problemas respiratorios o cardiovasculares. De ser así, lo que en principio era un problema en la piel, podría tratarse del primer signo de una reacción anafiláctica que requiere actuación urgente y precisa.

Una vez descartado este punto de gravedad, que es muy infrecuente, se hace historia sobre dónde se encontraba el niño, qué pudiera haber comido, si está padeciendo o convaleciente de una enfermedad, si toma medicamentos, se valora si pudiera tratarse de una enfermedad eruptiva, etc. Muchas veces este interrogatorio queda en blanco y se dará el diagnóstico de urticaria aguda sin añadir causa.

El niño será dado de alta con un tratamiento de antihistamínicos orales y en ocasiones corticoides en un ciclo corto. Si los episodios de aparición de las ronchas superan varios días es cuando se aconseja que consulte a su pediatra.

Por tanto, queridos padres y tutores, si os encontráis con este problema en vuestro hijo, hacéis bien en consultar con prontitud, pero en ausencia de dificultad respiratoria, os pido que no viváis ninguna clase de ansiedad.

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