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Tribuna

Síndrome de la boca ardiente

Es una sensación persistente de quemazón o ardor sin enfermedad que la justifique

El síndrome de boca ardiente es una sensación persistente de quemazón o ardor especialmente en lengua y labios sin enfermedad que la justifique. Es más frecuente en la sexta década de la vida y en la mujer.

Sobre una condición especial (terreno) genética o adquirida, se añaden alteraciones hormonales o psíquicas, con factores traumáticos continuos especialmente por fricción de la lengua o los labios contra los dientes para liberar estrés. Puede existir un déficit de hierro, ácido fólico o vitamina B12. La falta de saliva por la ingesta de fármacos u otras causas agravaría estos rozamientos.

Todo ello determina alteraciones locales, vasculares y nerviosas, que producirían el ardor. Se establece un círculo vicioso: Me froto porque me pica, me pica porque me froto. A veces hay alteraciones del gusto, de la sensibilidad o sequedad de boca. Se aprecian pocas manifestaciones físicas.

El paciente suele realizar otras parafunciones como el bruxismo con sus consecuencias sobre los dientes, los músculos y las articulaciones. Hay que descartar un desorden psíquico, una falta de saliva, una infección o una enfermedad local o general, así como una alteración del sistema nervioso central que desencadene un tic.

Tratamiento Síndrome Boca Ardiente

1. Si hay un desorden psíquico será preciso el tratamiento psiquiátrico. Imprescindible: alimentación adecuada, ejercicio físico, ocho horas de sueño y la práctica de una técnica de relajación, así como abandonar el tabaco y el alcohol. Suprimir psicotropos.

2. Parte específica: va dirigida a eliminar irritantes.

3. Fisioterapia: importante para relajar los músculos de la lengua.

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